Catholic Stand acaba de publicar la cuarta parte de una serie de dieciséis sobre la evangelización católica, titulada “¡Tráiganlos de vuelta!”
En un esfuerzo por contrarrestar el creciente número de católicos no católicos en los EE. UU., Catholic Stand ha lanzado una serie de artículos de dieciséis partes dirigida a “ayudar a tener una discusión, o una serie de discusiones, con su(s) ser(es) querido(s) católico(s) no creyente(s) y amigos.”
El primer artículo de la serie comienza señalando que incluso antes de la pandemia, según un estudio de 2017, “unos 56 millones de los 70 millones de católicos en Estados Unidos no iban a misa todas las semanas”.
La entrega más reciente de la serie enfatiza la preparación para encuentros evangelizadores.
“¿Qué clase de católico ha sido su ser querido no católico durante la mayor parte de su vida? Tomarse un tiempo para pensar en esto es un tiempo bien empleado”, afirma el artículo, y agrega que saber “qué clase de católico” es su ser querido “le ayudará a determinar cómo dirigir la conversación”.
El artículo también insta a los católicos a ser conscientes de su edad y nivel educativo al considerar cómo abordar una conversación con católicos no católicos:
Es útil tener una idea de cuánto sabe (y comprende) la persona sobre la fe católica. Si la persona fue mal catequizada, es posible que tenga que explicar no sólo lo que enseña la Iglesia sino también el “por qué” detrás de las enseñanzas de la Iglesia.
En última instancia, señala el artículo, el papel de los católicos en la evangelización es “compartir las buenas nuevas de la Salvación a través de Jesucristo”. El oyente de esta noticia debe permitir que la gracia de Dios obligue y produzca la conversión.
“Mantén esto en mente. Tu responsabilidad es hacer el esfuerzo. Dios es responsable de ‘convencer de la verdad al oyente de las buenas nuevas’. Probablemente esto se hará en el tiempo de Dios, según su plan, no el tuyo”.
Por último, el artículo anima a quienes intentan evangelizar a “estar preparados para llegar hasta el final” y a “tener un plan y hacer [la] tarea” con anticipación para garantizar una conversación más productiva.