El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de “muy buena” su reciente conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskyy. A través de Truth Social, Trump reveló que la llamada duró aproximadamente una hora y se centró en gran medida en los resultados de su conversación previa con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Este esfuerzo por “armonizar las peticiones y necesidades de Rusia y Ucrania” marca un nuevo intento de negociación para aliviar el conflicto que ha asolado la región desde 2022.
Trump también anunció que el secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, brindarán una descripción detallada de los puntos discutidos en la conversación con Zelenski. Esta declaración, que se espera en las próximas horas, podría esclarecer la dirección de las negociaciones y los compromisos asumidos por cada parte.
El presidente Volodymyr Zelenskyy ha dejado en claro que Ucrania está dispuesta a respetar la tregua de 30 días sobre las infraestructuras energéticas, siempre y cuando Rusia haga lo propio. “Si los rusos no atacan nuestras instalaciones, nosotros no atacaremos las suyas”, declaró el mandatario ucraniano. Este compromiso llega en un contexto de mutuas acusaciones entre Kiev y Moscú sobre la falta de voluntad para resolver el conflicto, lo que resalta la fragilidad del alto al fuego parcial.
Pese a la tensión, Rusia y Ucrania lograron llevar a cabo un intercambio de prisioneros, considerado uno de “los más grandes” desde el inicio de la guerra en febrero de 2022. No obstante, muchas preguntas siguen sin respuesta tras la extensa conversación entre Trump y Putin. Mientras el presidente estadounidense insiste en su objetivo de lograr la “paz” en Ucrania, el Kremlin continúa fijando condiciones que Ucrania y sus aliados europeos consideran inaceptables.
El Kremlin no ha tardado en reaccionar. El portavoz del gobierno ruso, Dimitri Peskov, declaró que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia están en camino de normalizarse y que Putin y Trump “confían el uno en el otro”. La comunicación entre ambos mandatarios ha sido clave en la reciente tregua limitada, que incluye el cese de hostilidades en infraestructuras energéticas y el inicio de negociaciones para extender el alto al fuego al mar Negro.
Sin embargo, Peskov dejó claro que la tregua es parcial y no abarca la totalidad del conflicto. Moscú exige el cese del envío de ayuda militar a Ucrania, una condición que tanto Kiev como sus aliados occidentales rechazan. A pesar de ello, se espera que en los próximos días se definan nuevas reuniones entre delegaciones rusas y estadounidenses para continuar las negociaciones.
El telón de fondo de estas negociaciones es la creciente presión internacional. Zelenskyy ha advertido contra cualquier concesión a Rusia, instando a la comunidad internacional a reforzar la ayuda a Ucrania. En paralelo, Europa ha intensificado su inversión en defensa y ha planteado incluso la posibilidad de desplegar una misión militar de paz en territorio ucraniano.
Las hostilidades continúan. Ucrania denunció nuevos bombardeos rusos contra infraestructuras civiles, mientras que Rusia informó de ataques con drones ucranianos en su territorio. A pesar de la tregua parcial, las bajas continúan acumulándose en ambos bandos, lo que subraya la incertidumbre sobre el futuro de este conflicto.
Mientras el frente diplomático sigue en desarrollo, el Kremlin también ha centrado sus esfuerzos en revitalizar la economía rusa. Moscú ha comenzado a evaluar el regreso de grandes compañías internacionales al país, afectadas por las sanciones tras la invasión a Ucrania en 2022. El viceministro de Hacienda, Ivan Chebeskov, reveló que su ministerio está trabajando en una lista de requisitos para facilitar este regreso, en una medida que busca reactivar los intercambios comerciales con Occidente.
La reciente serie de conversaciones entre Trump, Putin y Zelenskyy marca un punto de inflexión en el conflicto ucraniano. Aunque se han dado pasos hacia una tregua parcial y un eventual alto al fuego más amplio, las diferencias fundamentales entre las partes siguen siendo profundas. Trump se presenta como un mediador dispuesto a buscar una solución, pero tanto Ucrania como sus aliados europeos desconfían de cualquier concesión que favorezca a Moscú.
En las próximas semanas, el destino de Ucrania podría definirse en las mesas de negociación. Pero con el fuego cruzado aún encendido y la presión geopolítica en aumento, la paz sigue siendo una meta lejana y llena de incertidumbre.