El obispo Michael Martin anunció esta semana que las restricciones a la celebración de la Misa Tradicional en Latín (TLM, por sus siglas en inglés) en la Diócesis de Charlotte no entrarán en vigor el 8 de julio como se había previsto inicialmente, sino el 2 de octubre, fecha límite establecida por el Vaticano.
La decisión, reportada por el Catholic News Herald, responde a una solicitud hecha por los cuatro párrocos que actualmente celebran la Misa en latín en sus iglesias. El obispo aceptó posponer la implementación para brindar más tiempo para la transición pastoral y la renovación de una capilla especial en Mooresville, donde se concentrarán las celebraciones conforme a las nuevas normas.
“Quiero escuchar las preocupaciones de estos feligreses y sus sacerdotes”, dijo el obispo Martin. “Estoy dispuesto a darles más tiempo para asimilar estos cambios”.
La prórroga forma parte de la implementación final de Traditionis Custodes, el documento emitido por el papa Francisco en 2021 que establece límites a la celebración de la Misa anterior al Concilio Vaticano II y busca fomentar la unidad eclesial. El documento permite a los obispos designar lugares de culto alternativos fuera de parroquias para grupos que se adhieren al uso del Misal de 1962.
Según el @CatholicNewsCLT hoy temprano, el Papa León XIV recibió en audiencia al Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino, el Cardenal Arthur Roche. Se desconoce si se discutieron las restricciones de la Misa Episcopal Tradicional de Charlotte.
— VotoCatolico (@votocatolicousa) June 4, 2025
La diócesis está renovando una capilla ubicada en 757 Oakridge Farm Hwy., Mooresville, como sede permanente para la comunidad TLM. Esta capilla servirá a aproximadamente 1,100 fieles que asisten semanalmente a la Misa en latín, actualmente repartidos entre cuatro parroquias: St. Ann y St. Thomas Aquinas en Charlotte, St. John the Baptist en Tryon y Our Lady of Grace en Greensboro.
El edificio, que tiene capacidad para 345 personas y formó parte de la antigua sede de Christ the King High School, está siendo completamente remodelado. Las obras, con un costo de $700,000 financiados por la diócesis, incluyen nuevo techo, pisos, iluminación, instalación de reclinatorios, sanitarios y adecuaciones litúrgicas, todo orientado a la celebración reverente de la Misa tradicional.
Se espera que la capilla esté lista para octubre. Mientras tanto, se adaptará temporalmente el edificio escolar adyacente como espacio de culto provisional.
La diócesis planea ofrecer dos Misas dominicales y Misas en días de precepto en la nueva capilla, y no descarta agregar una tercera si fuese necesario. También se ha designado al padre Brandon Jones como capellán de la comunidad TLM.
El cambio marca el cierre de una etapa. En 2023, bajo el liderazgo del entonces obispo Peter Jugis, se suspendieron las celebraciones de la Misa en latín en cinco parroquias con poca asistencia, mientras que las cuatro mencionadas recibieron una extensión temporal del Vaticano, la cual expira precisamente el 2 de octubre de 2025. El obispo Martin ha indicado que no buscará una extensión adicional.
La ubicación en Mooresville fue elegida por ser un punto equidistante entre los dos principales núcleos de población de la diócesis: Charlotte y la región del Triad. Además, la propiedad no tiene el estatus canónico de parroquia, lo cual es un requisito de Traditionis Custodes.
A través de cartas, reuniones y consultas con fieles y sacerdotes, el obispo Martin ha insistido en que esta reestructuración busca “promover la concordia y unidad de la Iglesia”, en línea con el deseo expresado por Jesús en el Evangelio: “Que todos sean uno” (Juan 17, 21).
Mientras tanto, la diócesis permanece atenta a cualquier instrucción adicional que pueda provenir del Vaticano sobre la Misa en latín. La reunión programada para el 24 de junio con fieles de la TLM en Mooresville también ha sido pospuesta.
Con esta decisión, el obispo Martin busca facilitar una transición prudente, respetuosa y pastoral para los fieles apegados a la liturgia tradicional, en obediencia a las directrices del Santo Padre y del Dicasterio para el Culto Divino.
Artículo basado en el reportaje de Patricia L. Guilfoyle