Una miembro de la Cámara de los Comunes de Canadá presentó recientemente un proyecto de ley que impediría que el programa de eutanasia de “asistencia médica para morir” (MAiD) del país permita que los trastornos mentales sean considerados una condición médica que califique para la eutanasia, una expansión de la elegibilidad que el gobierno tiene previsto implementar en 2027.
El preámbulo del proyecto de ley de iniciativa parlamentaria C-218, presentado el 20 de junio por la diputada por Cloverdale–Langley City, Tamara Jansen, subraya que «el Parlamento considera que los canadienses vulnerables deberían recibir asesoramiento para la prevención del suicidio en lugar de acceso a la asistencia médica para morir». También afirma que «el Parlamento considera que el régimen canadiense de asistencia médica para morir corre el riesgo de normalizar la muerte asistida como solución para quienes padecen un trastorno mental».
El proyecto C-218 modificaría el inciso 241.2(2.1) del Código Penal para establecer que “un trastorno mental no es una condición médica grave e irremediable”.
Canadá promulgó una ley en febrero de 2024 que protegía temporalmente a las personas que no cumplían los requisitos para la eutanasia por trastornos mentales. Según el sitio web del gobierno canadiense, la ampliación del programa MAiD para personas con trastornos mentales entrará en vigor el 17 de marzo de 2027.
Al presentar su proyecto de ley, Jansen habló sobre cómo esta expansión de la elegibilidad para la eutanasia —incluyendo a quienes sufren depresión o trastorno de estrés postraumático— envía el mensaje de que la muerte es una “solución” al sufrimiento.
“Imagina a tu hijo o hija luchando contra la depresión durante un tiempo tras perder un trabajo, o quizás una relación rota”, dijo. “Imagina que sienten la pérdida tan profundamente que están convencidos de que el mundo estaría mejor sin ellos”.
A partir de 2027, «según la ley canadiense, podrían acudir a un consultorio médico y pedir que se les quite la vida, y bajo nuestra legislación, el sistema podría hacerlo legalmente», continuó. «Nuestra sociedad podría quitarles la vida únicamente por un problema de salud mental; ese no es un escenario hipotético, es la ley actual que espera entrar en vigor».
El gobierno canadiense ha retrasado temporalmente esta expansión en dos ocasiones, debido a que expertos médicos y legales han advertido reiteradamente que es “imposible implementarla de forma segura”, y porque, según explicó Jansen, no existe un método basado en evidencia para determinar si un trastorno mental es verdaderamente irremediable.
“Aun así, el gobierno sigue adelante”, advirtió la diputada, señalando que esto envía un mensaje a los canadienses que están luchando, a los sobrevivientes de traumas y a quienes padecen depresión, de que su país les ofrece la muerte como única salida a su sufrimiento.
“Eso no es atención médica”, sentenció. “Eso no es compasión, es abandono. La salud mental se puede tratar, la recuperación es posible, pero solo si estamos presentes y dispuestos a ayudar”.
Dirigiéndose al presidente de la Cámara, Jansen concluyó: “Los canadienses están observando y necesitan que defendamos la vida, la dignidad y la esperanza”.