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La ofensiva de Trump contra el Tren de Aragua marca un giro radical: mientras Rubio advierte que la única estrategia eficaz es destruir a los cárteles, Maduro calla y revela su debilidad, y Petro, como siempre, prefiere victimizar a los narcos.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció este miércoles en Ciudad de México que la nueva estrategia de la administración Trump contra el narcoterrorismo será contundente: destruir a las organizaciones criminales en su raíz. La advertencia se produjo tras el operativo militar en el Caribe, donde once miembros del Tren de Aragua fueron abatidos cuando transportaban drogas hacia Estados Unidos.
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— Marco Rubio (@marcorubio) September 2, 2025
Rubio fue tajante: “Estos cárteles saben que perder un 2% de su carga es parte de su economía. Lo que los detendrá es cuando los destruyes, cuando te deshaces de ellos”. El funcionario explicó que las mafias venezolanas y mexicanas ya no solo mueven droga, sino también armas y personas, y advirtió que incluso han comenzado a desplegar drones como parte de su arsenal. “Ya no vamos a quedarnos de brazos cruzados y ver a esta gente navegar por el Caribe como si fuera un crucero”, sentenció.
El ataque contra el Tren de Aragua marca el inicio de un nuevo enfoque: “Volverá a ocurrir. Tal vez esté ocurriendo ahora mismo, no lo sé. Pero el punto es que el presidente de Estados Unidos va a librar una guerra contra las organizaciones narcoterroristas”, aseguró Rubio, dejando claro que la Casa Blanca también apunta al Cártel de los Soles, directamente vinculado a Nicolás Maduro.
Lo llamativo es que, frente a semejante advertencia, el dictador venezolano ha optado por el silencio. En el pasado, Maduro reaccionaba con bravuconadas contra Washington y en particular contra Donald Trump. Hoy, su respuesta ha sido nula: no hay discursos encendidos, ni acusaciones de “imperialismo”. Ese silencio revela un cambio de actitud, propio de quien sabe que ya no enfrenta a la política débil de las administraciones anteriores, sino a un presidente dispuesto a usar la fuerza militar contra el narcoterrorismo.
En medio de este escenario, el presidente colombiano Gustavo Petro no perdió la oportunidad de desentonar. En un tuit, escribió:
Si esto es verdad, es un asesinato en cualquier parte del mundo.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 3, 2025
Llevamos décadas capturando civiles que transportan drogas sin matarlos. Los que transportan drogas no son los grandes narcos, sino los jóvenes muy pobres del Caribe y el Pacífico pic.twitter.com/Z55UEMIpsD
Petro, para sorpresa de nadie, prefirió victimizar a los operadores de los cárteles en lugar de reconocer la amenaza que representan estas mafias para toda la región. Pero lo central no es su discurso repetitivo, sino el silencio calculado de Maduro, que deja en claro la nueva correlación de fuerzas en el continente.
Con Trump en la Casa Blanca, la era de tolerar a los cárteles como actores intocables parece llegar a su fin. Y ni siquiera Maduro se atreve a desafiarlo.