La Iglesia celebra el cumpleaños de la Santísima Madre el 8 de septiembre, nueve meses después de la Solemnidad que celebra su Inmaculada Concepción el 8 de diciembre.
Franciscan Media afirma que la tradición de celebrar el cumpleaños de María se remonta al menos al siglo VI. Según Francisan Media, las Escrituras no proporcionan detalles sobre el nacimiento de María; en cambio, la tradición se remonta a una obra apócrifa y no canónica, el Protoevangelio de Santiago.
“Esta obra no tiene valor histórico, pero sí refleja el desarrollo de la piedad cristiana”, señala Franciscan Media. “Según este relato, Ana y Joaquín son infértiles, pero rezan por un hijo. Reciben la promesa de un hijo que impulsará el plan de salvación de Dios para el mundo”.
La Iglesia solo conmemora tres cumpleaños en su calendario litúrgico: las natividades de Juan el Bautista, la Santísima Madre y, por supuesto, la de Cristo mismo. Un artículo de Catholic Answers explica que, dado que la mayoría de los bebés nacen con la mancha del pecado original, la Iglesia no celebra litúrgicamente sus cumpleaños, sino el día de su muerte, cuando nacen a la vida eterna. Sin embargo, tanto la Santísima Madre como Cristo nacieron sin pecado original. Aunque no es una enseñanza oficial de la Iglesia, muchos teólogos argumentan que Juan el Bautista fue santificado en el vientre materno cuando saltó de alegría para saludar a Jesús.
“San Agustín y Santo Tomás aclararon cuidadosamente el sentido de la liberación [de Juan el Bautista]”, afirma Catholic Answers. “Una gracia tan excepcional es para una misión excepcional, e implica completa liberación no solo del pecado deliberado, sino también de cualquier sentimiento desordenado que contradiga la razón y la fe. Así, la Santa Iglesia practica la devoción a la santa infancia de Cristo, de María y de Juan el Bautista. Fueron verdaderamente santos desde el vientre de sus madres”.
La devoción a la Santísima Madre de niña, o “María Bambina”, es común en México, Polonia e Italia. La Hermana Isabella Chiara Fornari, superiora de las Hermanas Clarisas de Todi, Italia, creó una famosa estatua de cera de María Bambina en 1735. Se le han atribuido milagros, y las hermanas religiosas que actualmente la custodian, las Hermanas de la Caridad de Roma, son conocidas cariñosamente como las “Hermanas de la Niña María”.