Los titulares en Richmond causaron alarma al sugerir que Goochland podría albergar centros de datos alimentados por reactores nucleares. Sin embargo, autoridades locales aseguran que no existen planes concretos de este tipo y que las nuevas zonas tecnológicas buscan atraer inversión con mayores restricciones de protección para los residentes.
Esta semana, noticieros locales informaron que “residentes de Goochland expresan su preocupación por el desarrollo de centros de datos y reactores nucleares”, creando la impresión de que el condado se prepara para recibir un megaproyecto de alto impacto. La cobertura desató protestas y debates en redes sociales, con vecinos preocupados por el impacto en el medio ambiente y la seguridad.
Sin embargo, un análisis más detallado revela que el temor se originó en malinterpretaciones sobre las “technology overlay districts” recientemente aprobadas: áreas de desarrollo económico que establecen incentivos y restricciones para atraer empresas tecnológicas de alto consumo energético.
Jennie Slade, representante de la Goochland Economic Development Authority (EDA), aclaró en entrevista para Daily Signal que no existen planes activos para instalar ni centros de datos ni reactores nucleares en el condado.
“No hay planes para un SMR (reactor modular pequeño) ni para un centro de datos alimentado por uno”, enfatizó Slade.
El condado sí incluyó la posibilidad de SMRs dentro de la ordenanza, pero como parte de una estrategia para atraer inversiones responsables que generen su propia energía sin sobrecargar la red eléctrica de Virginia, un problema creciente en todo el estado. Slade recalcó que los SMRs aún no operan comercialmente en Estados Unidos y que su inclusión es solo preventiva, pensando en el futuro.
Contrario a lo que se teme, las nuevas zonas tecnológicas imponen restricciones más estrictas que las normativas previas. Estas incluyen límites de altura, ampliación de zonas de amortiguamiento (buffers) de hasta 300 pies, control de ruido y mayores requisitos de áreas verdes.
Slade explicó que West Creek Business Park, el epicentro de la polémica, ha estado zonificado para uso industrial desde 1987 y que desde 2014 permite por derecho propio la instalación de centros de datos, sin necesidad de pasar por el consejo de supervisores. La nueva ordenanza, lejos de abrir la puerta a proyectos sin control, añade filtros que protegen a los residentes.
Uno de los puntos más controversiales es la convivencia entre áreas residenciales y zonas industriales. Goochland mantiene una política 85/15, donde el 85% del condado debe permanecer rural y solo el 15% se destina a desarrollo. Sin embargo, algunos vecindarios fueron construidos en zonas cercanas a canteras y parques industriales, lo que ha generado choques con proyectos como el nuevo centro de distribución de Amazon.
“West Creek fue desarrollado primero y es el área designada para la industria. Es desafortunado que algunos vecindarios se hayan instalado tan cerca, porque el conflicto era previsible”, comentó Slade.
Más allá de la polémica, Goochland busca atraer inversiones que permitan diversificar su base tributaria y mantener bajos los impuestos para los propietarios. Actualmente, el 80-85% de los ingresos fiscales provienen de los residentes, por lo que el condado apunta a un 70/30 que alivie la carga a través de empresas tecnológicas y manufactureras.
Virginia ya maneja el 70% del tráfico mundial de internet, lo que convierte al estado en un polo natural para data centers. Las autoridades confían en que el marco regulatorio renovado atraiga empresas de alta tecnología que generen empleos bien remunerados para los habitantes locales.