La crisis de pagos afecta a quienes aceptaron el retiro anticipado en un esfuerzo de reducción de costos, generando preocupación por el impacto económico en cientos de hogares.
En Houston, casi 300 empleados municipales retirados siguen esperando sus pagos de pensión meses después de haber aceptado paquetes de retiro anticipado en mayo, como parte de un plan de recorte de gastos de la ciudad. A pesar de que se les prometió recibir su dinero en un plazo de 30 a 60 días, la espera se ha extendido hasta septiembre, lo que ha provocado desesperación entre los afectados.
Durante una reunión del concejo municipal, el alcalde John Whitmire rechazó las críticas de que la administración local no haya actuado para agilizar los pagos. “No tengo control sobre el fondo de pensiones”, enfatizó el alcalde, asegurando que la información ya fue entregada a la prensa y que la responsabilidad recae en el Houston Municipal Employees Pension System (HMEPS).
Sherry Mose, presidenta de la junta de HMEPS, explicó que el retraso se debe a problemas de calendario y errores en la documentación presentada por algunos retirados, como certificados de nacimiento o actas de matrimonio. También indicó que se ha contratado personal adicional y que los trabajadores están haciendo horas extra para resolver el problema, esperando completar todos los pagos antes de fin de mes.
El impacto humano es evidente. Kathy Caldwell, exempleada de la ciudad, confesó entre lágrimas que se arrepiente de haberse retirado anticipadamente. “Estoy cada vez más ansiosa con las cuentas acumulándose… necesito mi dinero”, declaró a ABC13.
Más de 1,000 empleados aceptaron el retiro anticipado, una cifra muy superior al promedio mensual de 39 jubilaciones que normalmente procesa HMEPS, lo que ha sobrecargado el sistema.
La situación pone en relieve los desafíos de administrar fondos de pensiones en grandes ciudades, especialmente cuando se implementan programas masivos de retiro para reducir gastos. Aunque las autoridades han prometido que los pagos se regularizarán para finales de septiembre, la crisis ha abierto un debate sobre la eficiencia de los sistemas de pensiones y la necesidad de planes de contingencia para evitar que los trabajadores jubilados enfrenten inseguridad financiera en su etapa más vulnerable