Aunque el gobierno de Nicaragua recientemente liberó y exilió a todo el clero católico previamente encarcelado, los miembros de la organización sin fines de lucro Ayuda a la Iglesia Necesitada Internacional están preocupados por el futuro de la situación de la Iglesia en Nicaragua.
La presidenta ejecutiva de ACN Internacional, Regina Lynch, dijo que “sigue habiendo preocupación por la expulsión [de los clérigos] del país y la actual represión de la libertad religiosa en Nicaragua”.
En 2022, el obispo Rolando Álvarez fue arrestado y sentenciado a 26 años de prisión por “traición” luego de criticar el régimen anticatólico del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. El 14 de enero, el gobierno de Nicaragua anunció que Álvarez y el resto del clero habían sido liberados y exiliados a Roma, después de extensas negociaciones con el Vaticano.
“Es una buena noticia que el obispo Rolando Álvarez ya no esté en prisión, aunque no hay que olvidar que languideció allí durante 16 meses”, afirmó Lynch en un comunicado de prensa enviado por correo electrónico.
“ACN también se alegra por la liberación del obispo restante, 15 sacerdotes y dos seminaristas”, continuó Lynch. “Estuvieron en prisión por un período más corto, pero debemos resaltar lo tremendamente injusto que es que se les haya obligado a vivir separados de sus rebaños y sus familias. La incertidumbre y el miedo en la comunidad también son grandes”.
El grupo de clérigos no es el primero en ser exiliado de Nicaragua: en octubre de 2023, 12 sacerdotes fueron enviados al Vaticano después de su liberación de prisión. Además, Nicaragua exilió a más de 200 presos políticos a Estados Unidos en febrero de 2023.
ACN informó que el número cada vez menor de clérigos en Nicaragua debido al exilio está creando “dificultades pastorales y administrativas en algunas diócesis”. Según Lynch, cuatro de las nueve diócesis de Nicaragua están dirigidas por obispos actualmente en el exilio.
Según ACN, el gobierno también ha exiliado a misioneros, entre ellos las Hermanas de la Caridad.
“La libertad religiosa es la piedra angular de la libertad, y los regímenes autocráticos siempre temen el testimonio y la voz de aquellos cuyas vidas están dedicadas a vivir y difundir el Evangelio del amor”, afirmó Lynch. “Oramos para que la Iglesia y el pueblo de Nicaragua algún día sean libres de decir lo que piensan y practicar su fe sin temor a repercusiones”.