El psiquiatra Dan Karasic afirmó que el autismo severo no debería impedir que tales pacientes sean aprobados para un “cambio de sexo”. Luego, la doctora Diane Ehrensaft, una “experta” en “cambio de sexo” infantil, conversó con Karasic acerca de la posibilidad de que los autistas no verbales puedan expresar su identidad de género a través del dibujo, y contó también una historia de un paciente de 8 años con autismo severo a quien se le ayudó a “transicionar”.
The Post Millennial informó que “algunos de los principales expertos mundiales en atención sanitaria a transexuales se reunieron en San Francisco la semana pasada, donde compartieron sus conocimientos sobre cómo los jóvenes autistas no verbales pueden comunicar su identidad transgénero a través del dibujo, y contaron anécdotas sobre los niños y adolescentes gravemente autistas a los que han puesto en el camino del cambio de sexo médico”.
“El psiquiatra Dan Karasic dio una charla titulada “Manejo de pacientes con diagnósticos concurrentes de salud mental” en el acto previo a la Cumbre de Salud Trans de San Francisco, celebrado el 5 de mayo, y entre el público se encontraba nada menos que la Dra. Diane Ehrensaft, figura destacada en el campo de los cambios de sexo infantiles, que compartió desconcertantes anécdotas sobre niños no verbales que expresan su identidad de género”, señala la nota.
“En una grabación de audio de la charla obtenida por The Post Millennial, se puede escuchar a Karasic afirmando que el autismo severo no debería impedir que una persona sea aprobada para un cambio de sexo médico experimental, desestimando la preocupación común de los padres de que una fijación en el género se deba a la intensa concentración de intereses típica del trastorno del espectro autista (TEA), y participando en un extraño intercambio de ideas con Ehrensaft sobre jóvenes que comunican su identidad transgénero a través del dibujo”, añade la publicación.
Según la nota “Karasic afirmó que a menudo son los padres quienes presentan el mayor desafío, especialmente aquellos que “atribuyen la diversidad de género o la disforia de género al intenso enfoque en intereses circunscritos en el TEA””.
“Calificó de “realmente asombroso” cuántos padres a lo largo de los años, en casos “en los que está muy claro que el niño es trans”, se han convencido a sí mismos de que los problemas de su hijo en torno a la disforia de género y la expresión de género son sólo intereses obsesivos relacionados con el TEA”, continúa The Post Millennial.
Según la publicación, “Ehrensaft sugiere que el problema en estos casos es que los requisitos de evaluación están “diseñados de forma neurotípica”, lo que suscitó un murmullo de acuerdo entre el público. Aconseja explicar que se utilizaron otras medidas para averiguar información sobre el paciente, y “simplemente educar a la gente en que hay diferentes formas de saber””.
“A continuación, Ehrensaft cuenta “una historia realmente triste” sobre un niño autista grave de 8 años que fue paciente de la clínica de género del Hospital Infantil Benioff de la UCSF, donde Ehrensaft es director de salud mental. Ehrensaft ha declarado que la clínica atiende a niños de hasta 2 años. Este niño no hablaba y había sido diagnosticado de autismo grave a los 2 años. Según Ehrensaft, la única vez que la niña habló durante la sesión inicial fue cuando los padres y la abuela se refirieron a ella utilizando pronombres femeninos, y la niña no verbal y con autismo severo les corregía diciendo “ella no – él”” añade la nota.
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Foto: caleb-woods/unsplash