En un ensayo publicado el martes en National Review, Natalie Dodson y Grace Emily Stark argumentaron que el proyecto de ley a favor de la anticoncepción que los demócratas del Senado llevarán a votación el miércoles socavaría la salud de las mujeres.
Dodson y Stark escribieron que, de promulgarse, la Ley de Derecho a la Anticoncepción “ataría las manos de los profesionales médicos que desean tratar a los pacientes basándose en su experiencia médica al exigirles que prescriban anticonceptivos a petición del paciente”.
Las autoras afirmaron que la legislación busca “imponer un enfoque transaccional a la atención médica, donde los profesionales médicos tienen poca voz en los medicamentos que recetan a sus pacientes”.
“El proyecto de ley también eliminaría las protecciones religiosas para los médicos y los obligaría a proporcionar anticonceptivos en violación de sus creencias religiosas”, continuaron:
Este es otro paso más en la lenta marcha de la izquierda para destruir el derecho de los profesionales médicos a la objeción de conciencia, y otro impulso para ignorar los daños que el control de la natalidad ha causado a la salud de las mujeres y su capacidad de acceder a la atención reproductiva restaurativa que merecen.
Dobson y Stark continuaron explicando cómo las píldoras anticonceptivas son perjudiciales para la salud de las mujeres, directamente al contrario de lo que afirman sus defensores.
“Los anticonceptivos hormonales contienen versiones sintéticas de las hormonas estrógeno y progesterona”, escribieron. “Estas hormonas interrumpen el ciclo menstrual de la mujer y, con él, su fertilidad, mientras toma el medicamento”.
“Y debido a que muchas células en todo el cuerpo tienen receptores para estas hormonas, los anticonceptivos afectan a todo el cuerpo de la mujer”, continuaron Dobson y Stark:
Es por eso que puede causar riesgos y efectos secundarios tan dispares como malestar estomacal, dolores de cabeza y pérdida de la libido en el lado más leve, y coágulos de sangre y cáncer de mama y de cuello uterino en el lado más raro pero mucho más grave. Otros efectos secundarios que a menudo se minimizan, tal vez porque no se comprenden bien los mecanismos detrás de ellos, incluyen ansiedad, depresión, enfermedades autoinmunes, aumento de peso y más.
Dodson es analista de políticas del Centro de Ética y Políticas Públicas (EPPC).
Stark se desempeña como editora en jefe de Natural Womanhood. Según su sitio web, la revista “promueve la conciencia sobre la fertilidad” y “la planificación familiar natural como herramientas esenciales para la salud de la mujer…”.
Los lectores pueden encontrar el artículo completo en inglés de Dodson y Stark aquí.