Un cristiano iraquí de 84 años que esperó siete años para que se le concediera su solicitud de asilo murió mientras se encontraba a bordo de su vuelo de repatriación desde Suecia.
El caldeo Christian Hanna Saka falleció a bordo de su regreso a Bagdad después de que “los responsables del centro de inmigración de Estocolmo lo rechazaran con medidas inmediatas de deportación”, según un reciente informe de AsiaNews.
El hermano de Saka informó que el fallecido llegó al aeropuerto en un estado “empeorante”, debido a “enfermedades cardíacas y problemas de salud preexistentes en sus extremidades inferiores”.
Los asistentes de vuelo y los profesionales médicos a bordo intentaron brindar atención urgente a Saka, pero no pudieron rectificar la situación. “Su salud física y mental [se había] deteriorado debido al estrés tras el rechazo de su solicitud de asilo y la posterior orden de deportación”, afirma el informe.
Luego, el avión de Turkish Airlines realizó un aterrizaje de emergencia en Varsovia, Polonia, donde las autoridades organizaron una autopsia para determinar la causa de la muerte y la expatriación final de los restos de Saka a través de la embajada de Bagdad en Varsovia.
La situación de los cristianos en Irak, un grupo “ya marginado”, se ha vuelto cada vez más “frágil”, afirma AsiaNews: “objeto de secuestros [y] asesinatos que comenzaron en 2002 con la invasión estadounidense y culminaron en los años de dominación. del Estado Islámico (ISIS)”.
Sólo en las últimas semanas, más de 100 familias cristianas han huido, concluye el informe.