El Congreso aprobó un proyecto de ley “ómnibus” que no corrige los actuales problemas en torno al aborto, pero que sí incluye miles de partidas de financiación de proyectos específicos dirigidos por miembros del Congreso. Rosa DeLauro, demócrata de Connecticut, se jactó de que el proyecto “satisface el 98% de las peticiones de los miembros demócratas de la Cámara, con 5400 millones de dólares para 3213 proyectos demócratas”
En apariencia, el proyecto de ley “ómnibus” no contempla modificaciones a las disposiciones vigentes sobre el aborto. Por ejemplo, excluye una propuesta demócrata para impedir que el Departamento de Justicia investigue o procese a las personas que cruzan las fronteras estatales para acceder al aborto, mantiene las actuales restricciones sobre el financiamiento de aborto y excluye medidas que los demócratas propusieron para mitigar los efectos de Dobbs vs Jackson Women’s Health Organization. Esto, que podría parecer positivo a primera vista, mantiene la vigencia de los actuales problemas en relación con el aborto, y no contempla la “letra chica” de los proyectos específicos. En efecto, el proyecto incluye incrementos en muchas de las prioridades o proyectos específicos y locales de los representantes demócratas.
En un artículo publicado en el Daily Signal, Matthew Dickerson da cuenta de algunos de las asignaciones de recursos que, en su opinión, harán “avanzar la agenda extremista de la izquierda y financiarían sus instituciones con el dinero de los contribuyentes”.
Algunas de las partidas que, en palabras de Dickerson, “algunos republicanos del Senado ayudarán a financiar, a menos que cambien de opinión”, incluyen estos 12 proyectos:
“1,2 millones para “Centros de Orgullo LGBTQIA +” (…) en San Diego Community College.
477 000 dólares para el Instituto de Equidad de Rhode Island para adoctrinar a los profesores con “laboratorios virtuales antirracistas.”
1 millón de dólares para La Casa de Zora en Ohio (Zora’s House), un “espacio de coworking y comunidad” para “mujeres y personas de color con perspectiva de género”.
3 millones de dólares para el Museo Americano LGBTQ+ de Nueva York.
3,6 millones de dólares para un sendero de Michelle Obama en Georgia.
750 000 dólares para “viviendas para personas LGBT y de género no conforme” en Albany, Nueva York.
2 millones de dólares para el museo “Great Blacks in Wax” en Baltimore.
856 000 dólares para un “Centro LGBT” en Nueva York.
750 000 dólares para la “Coalición TransLatin@” para proporcionar “programas de desarrollo de la fuerza de trabajo y servicios de apoyo para mujeres inmigrantes transgénero y de género no conforme e intersexuales (TGI) en Los Ángeles”.
2 millones de dólares para “MLK Labor” en Washington, una filial de la AFL-CIO que expulsó de las filas sindicales a los agentes de policía de Seattle.
956 000 dólares para el Incubadora de Capital en las Universidades de Shady Grove (The Equity Incubator at the Universities at Shady Grove), en Maryland.
791 200 dólares para “resiliencia energética equitativa e infraestructura para vehículos eléctricos” en Sonoma, California”.
“Este tipo de proyectos woke”, continúa Dickerson, “no tienen cabida en el presupuesto federal”.
Con información Puede leer el artículo en inglés aquí.