El término “Latinx” ha sido ampliamente rechazado por la comunidad hispana, con un 75% de las personas que han oído hablar de él oponiéndose a su uso, según Pew Research.
Esta palabra, promovida por ciertos sectores ideológicos zurdos que ya conocemos, ignora las verdaderas raíces culturales y lingüísticas de los hispanos. En cambio, el término “hispano” no solo es el más adecuado en español, sino que nos reconecta con nuestra herencia, profundamente influenciada por la fe católica.
La hispanidad, ligada a la lengua española y a la religión católica, ha sido un símbolo de unidad entre los países de América, donde la gran mayoría de las naciones comparte esta identidad. Esta herencia común refuerza los lazos fraternales entre nuestras comunidades, con valores arraigados en la fe y la cultura transmitida por generaciones. Al tratar de imponer “Latinx”, se diluye el significado de esta identidad, desvinculándonos de nuestro legado.
Además, como ya sabemos, es parte de su revolución molecular disipada, que busca crear pequeños grupos que sientan que hacen una revolución a través del victimismo. Así, quieren que los hispanos nos sintamos oprimidos por los estadounidenses de origen anglosajón, así como quieren que los negros se sientan oprimidos, las mujeres, los homosexuales, etc. La diferencia, es que los hispanos nacemos y crecemos orgullosos de nuestra identidad y no necesitamos reivindicación alguna. Sin mencionar que gran parte de EEUU fue primero hispano y luego se construyó lo que conocemos hoy. Los hispanos somos tan estadounidenses como cualquier ciudadano.
El informe de Pew Research destaca que solo un 4% de los hispanos usa “Latinx” para describirse, mientras que el 81% prefiere “hispano” o “latino”. Esto subraya que la mayoría se siente más cómoda con términos que reflejan fielmente sus raíces históricas, religiosas y lingüísticas, reconociendo que nuestra herencia católica y nuestra lengua son los hilos que nos unen.