El arzobispo de Kansas, Joseph Naumann, ha sido de los últimos obispos en pronunciarse sobre Fiducia Supplicans. «Ningún dicasterio del Vaticano ni sucesor de Pedro puede cambiar la enseñanza bíblica, la enseñanza del propio Jesús y la enseñanza perenne y constante de la Iglesia de 2.000 años de antigüedad», escribe el arzobispo.
En un artículo publicado en el periódico oficial de la archidiócesis de Kansas City, el arzobispo Naumann lamenta que «a diferencia de épocas anteriores, cuando la Santa Sede estaba a punto de promulgar un documento potencialmente importante y/o controvertido, yo, y asumo que la gran mayoría de los obispos católicos de todo el mundo, no recibimos un texto embargado que me permitiera prepararme para responder a la prensa».
El arzobispo ha decidido tomarse un tiempo prudencial antes de entrar a valorarlo. Según Naumann, «la descripción del documento por parte de los medios seculares era incorrecta». Subraya que «el Dicasterio para la Doctrina de la Fe se esforzó mucho en dejar claro que la Iglesia no puede reconocer los llamados matrimonios entre personas del mismo sexo. La Iglesia no puede dar una bendición litúrgica a una unión de personas que carecen de la capacidad o la libertad para contraer matrimonio».
Sobre la unión homosexual, el prelado resalta deja claro que «en el caso de personas del mismo sexo, el matrimonio no es posible porque son físicamente incapaces de tener la intimidad sexual complementaria para la cual nuestros cuerpos están diseñados ni son capaces de ser co-creadores de una nueva vida humana a través de sus intentos de expresar intimidad sexual».
«La “Fiducia Supplicans” es clara en que el matrimonio no es posible para personas del mismo sexo ni la Iglesia puede dar una bendición litúrgica a una unión física que sea contraria a la ley moral y, en el caso de personas del mismo sexo, al diseño y significado del cuerpo humano», añade el arzobispo de Kansas.
El arzobispo de Kansas explica a la perfección el sentido de la sexualidad humana bajo los designios de Dios y lo explica de esta manera: «La intimidad sexual de una pareja sólo puede ser auténtica cuando han prometido sus vidas el uno al otro, no sólo por un momento o una temporada, sino para toda la vida. De manera similar, Dios no cometió un gran error cuando le dio al hombre y a la mujer, a través de la intimidad sexual, el potencial de ser cocreadores con Dios de una nueva vida humana. Es en el pacto matrimonial, donde un padre ama a la madre de su hijo y una madre ama al padre de su hijo y juntos aman al niño -el fruto de su amor- que proporciona el ambiente óptimo para el bienestar físico, emocional, psicológico y espiritual del niño».
Joseph Naumann denuncia que «los activistas por los derechos de los homosexuales presionaron con fuerza en sus demandas para que la sociedad secular les concediera el estado civil. Estos mismos activistas también han pedido a la Iglesia la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo como una afirmación de la propiedad de su actividad sexual y como un paso eventual para otorgar el reconocimiento conyugal de sus relaciones».
Para el arzobispo de Kansas, «parte de la confusión fue el resultado de que el dicasterio tenía una sección entera en “Fiducia Supplicans” sobre la “Bendición de las parejas en situaciones irregulares y de las parejas del mismo sexo”. El uso del término “parejas” puede entenderse como una aceptación de que estas relaciones son iguales o se aproximan al matrimonio. El término “bendición de las parejas del mismo sexo” parece abarcar lo que los activistas homosexuales radicales han estado buscando».
«Estoy de acuerdo con el dicasterio en que la “Fiducia Supplicans”, correctamente entendida, no cambia la enseñanza moral de la Iglesia. Ningún dicasterio del Vaticano ni sucesor de Pedro puede cambiar la enseñanza bíblica, la enseñanza del propio Jesús y la enseñanza perenne y constante de la Iglesia de 2.000 años de antigüedad», escribe el arzobispo.
En ese sentido, Naumann explica que «la confusión respecto de la “Fiducia Supplicans” era predecible. Los activistas por los derechos de los homosexuales dentro y fuera de la Iglesia han estado exigiendo la bendición de la iglesia para las uniones entre personas del mismo sexo como un paso necesario para que la Iglesia finalmente se ajuste a la cultura y abrace los matrimonios entre personas del mismo sexo».
El arzobispo sugiere que la confusión generada por este documento emana de un mal empleo de las palabras. «Lo que la Iglesia anteriormente podría describir como una oración intercesora breve y espontánea pidiendo al Espíritu Santo que ayude a las personas que buscan conformar sus vidas más perfectamente al Evangelio y a la enseñanza moral de la Iglesia ahora se denomina bendición pastoral», escribe Naumann.
«Personalmente, creo que intentar forzar una redefinición de la bendición de una manera que pueda interpretarse como una adaptación a la cultura del despertar no ayuda a avanzar en esta gran prioridad pastoral«, sostiene el prelado.
Por último, el arzobispo de Kansas City concluye su reflexión pidiendo a los sacerdotes de su archidiócesis que «traten a todos, incluidos aquellos que luchan contra la atracción hacia el mismo sexo, con el respeto debido a alguien creado a imagen divina y por quien Jesús dio su vida en el Calvario». Naumann también insta al clero a «estar atento y esforzarse por nunca causar confusión sobre la verdadera naturaleza del matrimonio o la enseñanza moral de la Iglesia sobre el amor auténtico. En nuestra cultura demasiado sexualizada, herida por las trágicas consecuencias de la llamada revolución sexual, debemos esforzarnos por ser testigos de la alegría y la belleza del amor casto coherente con nuestro estado de vida».