Un portavoz compartió esta semana una declaración en nombre del Arzobispo de St. Louis sobre las bendiciones para parejas del mismo sexo, a la luz del reciente documento del Vaticano Fiducia Supplicans.
El Vaticano publicó el 18 de diciembre Fiducia Supplicans o “Declaración sobre el significado pastoral de las bendiciones”, abriendo la puerta a que los sacerdotes bendigan a parejas del mismo sexo o a aquellos en “situaciones irregulares” con algunas restricciones y estipulaciones.
El medio de noticias local St. Louis Post-Dispatch solicitó una reacción del arzobispo Mitchell Rozanski de St. Louis el 18 de diciembre y recibió una respuesta por correo electrónico del portavoz Brecht Mulvihill el mismo día.
“Para los católicos, cuando buscamos una bendición, venimos como pecadores para recibir la gracia y la misericordia de Dios en nuestras vidas”, escribió Mulvihill en nombre del arzobispo:
Las bendiciones sirven para abrir la vida a Dios, para pedir su ayuda para vivir mejor y para invocar al Espíritu Santo para que se vivan con mayor fidelidad los valores del Evangelio.
Con este anuncio, el Papa no intenta validar el matrimonio entre personas del mismo sexo, que los católicos consideran una situación ilícita. Más bien, este anuncio permite que las parejas del mismo sexo que buscan la gracia de Dios reciban una simple bendición de un sacerdote.
Mulvihill señaló que Fiducia Supplicans ofrece pautas “sobre cómo se deben administrar estas bendiciones. Por ejemplo, la bendición no debe impartirse durante una ceremonia o unión civil. Además, se nos desaconseja ofrecer bendiciones de una manera que pueda considerarse o confundirse con una boda”.
Mulvihill concluyó:
Sin embargo, para quienes buscan abrir su vida a Dios e invocar al Espíritu Santo, estas bendiciones son expresión del corazón materno de la Iglesia. Para decirlo de otra manera, este anuncio es un recordatorio de que fomentamos y promovemos la cercanía de la Iglesia a las personas en todas las circunstancias en las que puedan buscar la ayuda y la gracia de Dios.