El Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos acata una orden ejecutiva de Trump y prohíbe la participación de hombres biológicos en competencias femeninas, revirtiendo el proyecto ideológico de Biden que ponía en riesgo la equidad y la seguridad de las mujeres en el deporte.
El Comité Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos (USOPC) anunció que a partir de ahora los atletas transgénero no podrán competir en categorías femeninas representando al país en eventos olímpicos. La medida responde a la Orden Ejecutiva 14201, firmada por el presidente Donald Trump bajo el nombre “Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”. Esta decisión pone freno a una de las políticas más controversiales de la era Biden, que permitía que hombres biológicos compitieran contra mujeres bajo el paraguas de la “identidad de género”, afectando no solo la justicia deportiva sino también la integridad física y emocional de las atletas.
Durante su mandato, Joe Biden impulsó regulaciones que obligaban a las instituciones deportivas a permitir la participación de personas trans en categorías femeninas, apelando a una supuesta inclusión, pero dejando de lado las consecuencias físicas, biológicas y psicológicas que ello implicaba para las verdaderas mujeres. Esta imposición ideológica, avalada por organismos como el Comité Olímpico Internacional (COI) y World Athletics, ha generado casos de injusticias flagrantes, como mujeres que han perdido medallas, becas y oportunidades ante rivales con ventaja física masculina, o incluso han sufrido lesiones al competir en disciplinas de contacto.
Con esta nueva política, todos los organismos deportivos del país están obligados a alinear sus reglamentos con la orden de Trump. USA Fencing, la federación de esgrima, fue una de las primeras en anunciar públicamente que ajustará sus directrices desde el 1 de agosto para cumplir con el nuevo marco. “Esta actualización alinea nuestro deporte con los estándares nacionales actuales”, afirmaron en un comunicado. Por su parte, Sarah Hirshland, directora del USOPC, aseguró que el objetivo es garantizar un entorno competitivo justo y seguro para las mujeres, algo que estaba siendo destruido bajo el pretexto de la inclusión trans.
La implementación de esta política representa una clara victoria política y cultural para Donald Trump, quien prometió proteger los espacios femeninos ante el avance de la ideología de género. La decisión marca un precedente que podría replicarse en otras naciones y federaciones deportivas internacionales, y devuelve a las mujeres algo que les habían arrebatado: la posibilidad de competir en igualdad de condiciones.
Mientras sectores progresistas siguen insistiendo en imponer una agenda desconectada de la realidad biológica, Trump da una muestra más de que su gobierno responde a las necesidades reales de la sociedad, no a los caprichos ideológicos de una minoría ruidosa.