Las muertes por sobredosis de drogas en niñas y mujeres embarazadas y en posparto en Estados Unidos han aumentado en los últimos cinco años, según un nuevo estudio del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA).
Los investigadores del NIDA estudiaron a niñas y mujeres embarazadas o en posparto de entre 10 y 44 años de enero a junio de 2018 y de julio a diciembre de 2021. Según los resultados de su estudio, la mortalidad por sobredosis se triplicó con creces durante el período de estudio entre las mujeres embarazadas o en posparto de edades comprendidas entre 10 y 44 años. 35 a 44, pasando de solo 4,9 muertes por 100.000 madres en 2018 a 15,8 muertes por 100.000 mujeres en 2021.
Entre el número total de mujeres y niñas estudiadas (de 10 a 44 años que murieron entre 43 días y un año después del parto), las tasas de sobredosis pasaron de 3,1 en 2018 a 6,1 en 2021.
La mayoría de las muertes por sobredosis ocurrieron fuera de entornos de atención médica, aunque muchas sufrieron sobredosis en condados con recursos de atención médica disponibles, como hospitales y atención obstétrica. Según el NIDA, las mujeres embarazadas y en posparto que sufrieron una sobredosis tenían más probabilidades de residir en condados con atención obstétrica y psiquiatras altamente calificados.
“Los hallazgos sugieren que, si bien el tratamiento está disponible para las mujeres embarazadas con trastornos por uso de sustancias, barreras importantes, como la penalización, el estigma, la discriminación y los recursos socioeconómicos limitados, pueden obstruir el camino hacia la atención”, escribieron los investigadores.
Los investigadores del NIDA también observaron que la mortalidad por sobredosis aumentó durante la pandemia de COVID-19, pero dijeron que los detalles específicos de la sobredosis asociada al embarazo aún no están claros.
“Estos resultados reflejan la persistente crisis nacional de sobredosis y demuestran que el embarazo es un momento urgente para realizar intervenciones que puedan reducir el riesgo de sobredosis”, dijo Emily Einstein, Ph.D., jefa de la División de Política Científica del NIDA y coautora del estudio.
“Estigmatizar y penalizar a las mujeres con trastornos por uso de sustancias hace que les resulte muy difícil buscar ayuda para el consumo de drogas y recibir atención prenatal de rutina”, continuó. “Existen tratamientos y servicios médicos eficaces; se necesita acceso ilimitado para ayudar a las madres y los niños a sobrevivir”.