En un artículo de opinión conjunto publicado el 2 de julio en OSV News, los obispos Robert E. Barron y Kevin C. Rhoades abordaron los recientes intentos de las agencias federales de distorsionar la verdad a través del avance de las normas de ideología de género.
El obispo Barron es obispo de la Diócesis de Winona-Rochester, Minnesota, y presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
El obispo Rhoades es el obispo de la Diócesis de Fort Wayne-South Bend, Indiana, y presidente del Comité de Libertad Religiosa de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Los obispos escribieron en OSV News que en los últimos años, las agencias federales han promovido sistemáticamente la ideología de género, a menudo a expensas de los derechos de las personas de fe.
Recientemente, esta progresión gradual se ha acelerado significativamente. En un período de tres semanas, entre abril y mayo, estos organismos emitieron ocho normas distintas que consagran la ideología de género en la legislación.
“Lo vimos venir”, escribieron los obispos. Como resultado, en 2022, los obispos estadounidenses comenzaron a alertar a los católicos y a las personas de buena voluntad sobre las regulaciones federales propuestas que dañan a las instituciones católicas y socavan el bien común.
Según los obispos, estas nuevas normas siguen un patrón común: primero exigen que las organizaciones benéficas y los proveedores de servicios sociales apoyen o participen en la ideología de género de diversas maneras.
Por ejemplo, una norma podría exigir que se considere que los baños separados para cada sexo en el trabajo son una forma de acoso sexual, o interpretar una ley contra la discriminación por discapacidad para exigir que se tengan en cuenta los reclamos de identidad de género.
Las normas ofrecen vagas garantías sobre el respeto a la libertad religiosa, pero no ofrecen garantías reales. A menudo se dice a las organizaciones religiosas que las exenciones se considerarán caso por caso.
“Tenemos que ser muy claros en este punto”, prosiguieron los obispos. “Estas reglas promueven una visión ideológica del mundo que está en desacuerdo con el orden fundacional de la naturaleza humana”.
Los obispos enfatizaron que, al hacerlo, el régimen regulatorio también amenaza la viabilidad de las instituciones católicas, como hospitales, servicios para refugiados y agencias de adopción y cuidado temporal, socavando los esfuerzos de la Iglesia para servir a la humanidad.
Los obispos Barron y Rhoades afirmaron que las personas que experimentan disforia de género poseen una dignidad infinita y merecen nuestro amor y respeto como individuos creados a imagen de Dios.
“Pero este mismo principio de dignidad humana es también lo que anima nuestra defensa de la vida no nacida, nuestra promoción del matrimonio, nuestra enseñanza de que la identidad sexual de cada persona —arraigada en su sexo biológico— debe ser recibida como un don de Dios, y nuestra preocupación por la libertad religiosa”.