Un estudio de la asociación Do No Harm concluyó que, comparadas con las leyes europeas, las leyes de Estados Unidos hacen más accesibles para los menores los bloqueadores de la pubertad, las terapias hormonales y las cirugías de cambio de sexo. En julio, por ejemplo, la única clínica que realizaba procedimientos transgénero a menores en Inglaterra se cerró, ante la preocupación de que los médicos los llevaran a cabo sin tener en cuenta la salud mental de los niños.
Sobre el tema, el Daily Caller citó al doctor William Malone, endocrinólogo certificado, diciendo que “nos enfrentamos a lo que puede ser el mayor escándalo médico y ético de los tiempos modernos. La medicina transexual es un gran negocio, y los jóvenes que se someten hoy a la transición serán pacientes médicos de por vida, durante los próximos 60 años o más. La salud mental de los jóvenes está en mínimos históricos, lo que los hace especialmente vulnerables a las soluciones que sugieren un ‘arreglo fácil'”.
Sobre la clínica cerrada en Inglaterra, la publicación añade que “la medida se tomó después de que una revisión independiente descubriera que los médicos de la clínica se veían presionados para “afirmar” la identidad transgénero de un niño sin cuestionarla”.
“El Servicio Nacional de Salud (NHS) de Inglaterra”, continúa el Daily Caller, “desaconsejó la transición social en niños y prohibió en octubre los bloqueadores de la pubertad en la mayoría de los casos. El NHS declaró que también estaba elaborando planes para restringir los tratamientos de cambio de sexo para niños debido a las “pruebas no concluyentes” de su eficacia”.
El artículo también señala que “mientras tanto, la administración Biden ha defendido abiertamente los procedimientos de cambio de sexo para menores. En octubre, el presidente Biden dijo al activista trans de TikTok Dylan Mulvaney que las leyes contra esta práctica eran “indignantes” e “inmorales””.
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Foto: Aaron Burden / Unsplash