Como las aplicaciones y las redes sociales, el consumo de cannabis es otro de esos fenómenos no sólo ampliamente difundidos sino socialmente tolerados y hasta promovidos. Lo preocupante es que existen distintas investigaciones acerca de la relación entre su consumo y la esquizofrenia en hombres de veintipocos años, así como con la depresión clínica y el trastorno bipolar, y un reciente estudio longitudinal encontró una fuerte asociación entre el uso de cannabis y las enfermedades mentales.
La psicóloga Susan Pinker escribió en el Wall Street Journal que “la marihuana recreativa se legalizó en el estado de Nueva York en 2021. Pero aunque sea fácil y legal comprar cannabis en 23 estados y en todo Canadá, no se habla mucho de los riesgos del consumo crónico”.
“Varios estudios han demostrado que el consumo crónico de cannabis está relacionado con una mayor incidencia de esquizofrenia entre los hombres de veintipocos años, la edad en la que se suele diagnosticar la enfermedad. El primer trabajo sobre el tema, un estudio sueco publicado en 1997, reveló que el consumo excesivo de cannabis se asociaba a un riesgo seis veces mayor de esquizofrenia. En las décadas posteriores, los científicos sociales han descubierto una estrecha relación entre el consumo excesivo de cannabis y otras enfermedades psicológicas graves, como la depresión clínica y el trastorno bipolar”, añade Pinker.
“Ahora”, continúa la autora, “un nuevo estudio longitudinal ha examinado los historiales médicos de todos los ciudadanos de Dinamarca mayores de 16 años, unos 6,5 millones de personas en total, en busca de patrones de diagnóstico, hospitalización y tratamiento por consumo de sustancias entre 1995 y 2021. En el trabajo, publicado en mayo en la revista JAMA Psychiatry, el Dr. Oskar Hougaard Jefsen, de la Universidad de Aarhus, y sus colegas demostraron que las personas a las que se había diagnosticado previamente un trastorno por consumo de cannabis tenían casi el doble de probabilidades de que se les diagnosticara posteriormente depresión clínica. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el trastorno por consumo de cannabis se caracteriza por el ansia de consumir marihuana, consumirla más a menudo de lo previsto, pasar mucho tiempo consumiéndola y hacer que interfiera con los amigos, la familia y el trabajo”.
“Y lo que es aún más dramático, el documento también descubrió que las personas con trastorno por consumo de cannabis tenían hasta cuatro veces más probabilidades de que se les diagnosticara posteriormente trastorno bipolar con síntomas psicóticos. Como ocurre con muchos trastornos psicológicos, el aumento del riesgo era mayor en los hombres que en las mujeres, y cuanto más consumía una persona, mayor era el riesgo. El estudio no distinguió entre diferentes formas y concentraciones de cannabis”, agrega Pinker.
“Aunque la asociación era fuerte, los autores señalan que no pueden afirmar con certeza si el consumo crónico e intenso de cannabis induce psicosis, o si las personas propensas a padecer enfermedades mentales tienen más probabilidades de ser grandes consumidores. Tiene sentido que las personas que sienten los síntomas de una depresión o manía incapacitantes, o que perciben apariciones o voces que sólo ellos pueden oír, intenten automedicarse con cannabis. Sin un ensayo aleatorio controlado, lo que sería extremadamente poco ético, es difícil desenmarañar definitivamente estos hilos”, añade la columna.
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Foto: nik-shuliahin/unsplash