NOTA DEL EDITOR: Esta es una traducción de la carta original de nuestro presidente Brian Burch para CatholicVote
En política, las cosas pueden cambiar rápidamente.
Y eso es exactamente lo que ocurrió…
Hace poco más de una semana, expliqué que CatholicVote no estaba listo para respaldar a un candidato en las primarias presidenciales del Partido Republicano. Con las salidas de Vivek Ramaswamy y Ron DeSantis de la contienda, la elección ahora está clara.
Es hora de que los católicos en todo Estados Unidos se unan en apoyo a Donald Trump para Presidente.
Mientras lees este mensaje, nuestro equipo político está contactando a cada votante católico en New Hampshire para instarles a respaldar a Trump en lugar de Nikki Haley mañana. Y después de conocer los resultados, comenzaremos a trabajar en los próximos estados primarios, junto con los estados clave, para registrar, educar, motivar y movilizar a cada votante católico en apoyo a Trump, y para derrotar a Joe Biden.
Sé que muchos católicos están divididos sobre si Trump es el mejor candidato para vencer a Biden. Esas preocupaciones persistirán sin importar lo que digamos y hagamos. Pero eso también es para lo que sirven las primarias. DeSantis y Ramaswamy llevaron a cabo campañas convincentes. Ambos presentaron sus argumentos.
Pero los días de indecisión han terminado.
Los únicos dos candidatos que quedan son Trump y Haley. Y la elección es obvia.
¿Por qué ahora?
Ahora faltan solo 287 días para las elecciones de noviembre. Nos casamos de esperar. Simplemente no podemos permitirnos estar con juegos de “y si” preguntándonos cómo se desarrollarán los escenarios electorales, legales y otras miles de dudas. La política a menudo implica tomar decisiones audaces. Y hemos tomado la nuestra.
Justo esta mañana, la administración Biden anunció un enorme impulso para expandir los medicamentos que causan la muerte de niños en el 51 aniversario de Roe v. Wade. Desde su elección, su administración ha dirigido su atención a nuestros hijos, escuelas y familias. Ha fallado en proteger nuestras iglesias, ha excusado el espionaje ilegal del FBI a católicos y ha calificado a ciudadanos fieles como tú y yo como la mayor amenaza para Estados Unidos.
Las políticas fronterizas imprudentes de Biden han llevado a la explotación de millones de migrantes, incluso alcaldes demócratas en ciudades importantes han levantado la voz de alarma. Solo en 2023, más de 3 millones de inmigrantes ilegales ingresaron al país.
Y bajo el régimen de Biden, la inflación récord, los precios de la vivienda por las nubes y una economía inestable han golpeado a los más pobres.
Joe Biden es el caballo de Troya de la ideología de extrema izquierda: presentado a los católicos estadounidenses como un abuelo cariñoso, fiel y patriota. Sin embargo, su edad, agudeza mental y fracasos están perjudicando a millones de estadounidenses, incluidas las familias católicas en todas partes.
Pero ganar en noviembre no se trata simplemente de derrotar a Biden.
Trump no es simplemente nuestra elección por obligación.
Tuvimos cuatro años para observarlo. Y cumplió. Desde decretos ejecutivos, reformas en regulaciones relacionadas con el aborto, libertad religiosa, conciencia, fe y familias, hasta salarios, empleos, nombramientos administrativos y, por supuesto, jueces y la Corte Suprema.
Y luego está este pequeño logro: el único presidente en los últimos 30 años que no involucró a Estados Unidos en una guerra.
Tendremos mucho más que decir al respecto en las próximas semanas y meses.
Pero este hecho no puede ser discutido: este no es un momento ordinario en la historia de Estados Unidos. Los comentaristas lo han llamado acertadamente tal vez la elección más importante desde 1860. La nación está profundamente dividida en cuestiones de gran trascendencia. No estamos simplemente buscando a un candidato que cumpla con ciertas políticas. Necesitamos un líder que defienda a personas como tú y yo; y que contraataque (figurativamente, para nuestros lectores del New York Times) contra los matones woke en el gobierno, los medios de comunicación, las corporaciones y la cultura que buscan destruir todo lo que valoramos.
Necesitamos un general que nos guíe. Alguien que conozca la verdad y esté dispuesto a luchar por ella, no simplemente alguien que calcule el camino de menor resistencia para lograr algo bueno en los márgenes.
Hay demasiado en juego.
Estamos orgullosos de liderar la iniciativa Catholics for Trump.
Hemos tomado nuestra decisión.
Espero que estés listo para unirte a la lucha.