Desesperadas por las dramáticas consecuencias que las leyes que restringen el número de hijos causaron y siguen causando en China, las autoridades de la provincia de Sichuan están incentivando que los ciudadanos tengan cuantos hijos quieran tener, aunque no estén casados. Otras ciudades están buscando que los estudiantes universitarios donen esperma, y ya se habla de ampliar la cobertura del seguro nacional para incluir los tratamientos de fertilidad y fecundación in vitro.
El portal DNYUZ informó que “en China, un país que limita el número de hijos de la mayoría de las parejas a tres, una provincia está lanzando un audaz órdago para intentar que sus ciudadanos procreen: tener tantos hijos como se quiera, aunque no se esté casado”.
“La iniciativa, que entró en vigor este mes, pone de manifiesto la renovada urgencia de los esfuerzos chinos por provocar un baby boom después de que su población disminuyera el año pasado por primera vez desde la hambruna nacional de los años sesenta. Hay otros esfuerzos en marcha: las autoridades de varias ciudades han instado a los estudiantes universitarios a donar esperma para ayudar a estimular el crecimiento de la población, y hay planes para ampliar la cobertura del seguro nacional para tratamientos de fertilidad, incluida la fecundación in vitro”, continúa la publicación.
“Pero estas medidas”, apunta el artículo, “han sido recibidas con una oleada de escepticismo, burlas y debates públicos, lo que pone de relieve los retos a los que se enfrenta China en su intento de evitar una reducción de la población activa que podría poner en peligro el crecimiento económico”.
El portal también da cuenta de que “muchos jóvenes chinos, que nacieron durante la draconiana política del hijo único, se oponen a los incentivos del gobierno para tener hijos en un país que es uno de los más caros del mundo para criarlos. En su opinión, estos incentivos no contribuyen a paliar la ansiedad por mantener a sus padres ancianos y hacer frente a los crecientes costes de la educación, la vivienda y la atención sanitaria”.
“El problema fundamental no es que la gente no pueda tener hijos, sino que no puede permitírselo”, afirma Lu Yi, una enfermera de Sichuan de 26 años citada por DNYUZ. Sichuan, añade el artículo, es “la provincia que recientemente ha eliminado los límites a la natalidad. Añadió que necesitaría ganar al menos el doble de su salario mensual actual de 8 000 yuanes, unos 1 200 dólares, para siquiera plantearse tener hijos”.
“Los esfuerzos del Partido Comunista en el poder por aumentar las tasas de fertilidad -permitiendo a todas las parejas tener dos hijos en 2016, y tres en 2021- han tenido dificultades para imponerse. La nueva política de Sichuan atrajo una gran atención porque, en esencia, hace caso omiso de los límites de natalidad, mostrando cómo la crisis demográfica está empujando al partido a renunciar lentamente a su férreo control sobre los derechos reproductivos de sus ciudadanos”, añade la publicación.
Puede leer el artículo completo en inglés aquí.
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Foto: 东旭 王 / Unsplash