Los Obispos del Perú finalmente rompieron su silencio con relación al caso de la niña de 11 años que quedó embarazada luego de años de violencia sexual por parte de su padrastro y de su tío; sin embargo, esto no puede significar abrirle las puertas a la cultura de la muerte.
El 14 de agosto, a horas de la mañana, la Conferencia Episcopal Peruana decidió pronunciarse enérgicamente contra el “aborto terapéutico” inconstitucional que se realizó el sábado 12 a una menor de 11 años. “Frente a este acto de injusticia y de vulneración del derecho a la vida del nasciturus, levantamos nuestra voz de rechazo ante este hecho
injusto e indolente. Puesto que la vida es sagrada”, dice el comunicado.
“Es sabido que desde hace algunos años se observa una sostenida y creciente presión para despenalizar el aborto en casos de violación. Diversos proyectos de Ley presentados en el Congreso de la República han pretendido legalizar, sin éxito, la despenalización de tal causal, manipulando la norma legal y aduciendo afectación de la salud mental e intentando crear así el precedente para todos los casos de embarazo por violación. Con esto se pretende conjugar el final del artículo 119 del código penal con la causal 11 de la guía sobre aborto terapéutico, para introducir la causal de afectación de la salud mental como causal de aborto terapéutico” continúa el comunicado.
“Queremos hacer llegar nuestras oraciones por “Mila” y su recuperación. Que el Señor de la Vida guarde a las víctimas inocentes del aborto, y que Nuestra Madre Santísima proteja la vida de los niños por nacer” concluye la carta de los obispos peruanos.
Cabe resaltar que el caso M.I.L.A. va a ser utilizado como “caso emblemático” en el Perú para sentar un precedente de aborto como algo positivo, en aras de destruir lo que el país viene construyendo a favor de la vida y la familia desde hace más de 20 años.
—
Foto: akira-hojo/unsplash