La senadora Joni Ernst, republicana de Iowa, se ha unido al presidente electo Donald Trump para lanzar una ambiciosa cruzada destinada a recortar el gasto gubernamental.
Este esfuerzo será liderado por el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad que contará con el respaldo de figuras clave como Elon Musk y Vivek Ramaswamy. Durante el fin de semana, Ernst visitó Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida, donde se discutieron estrategias para reducir el despilfarro público y optimizar la administración federal.
Desde su elección en 2014, Ernst ha sido una defensora inflexible de la responsabilidad fiscal, destacándose por iniciativas como los “Squeal Awards”, que exponen ejemplos de desperdicio gubernamental. En sus palabras, los abusos detectados en el gasto público alcanzan “niveles casi demasiado insanos para creer”. Ahora, con el apoyo del presidente electo, la senadora liderará el grupo DOGE en el Senado, encargándose de supervisar y legislar para reducir la burocracia arraigada y el gasto excesivo.
El apoyo del Congreso es evidente, con el Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes formando un subcomité enfocado en eficiencia gubernamental, presidido por la representante Marjorie Taylor Greene. Sin embargo, Musk y Ramaswamy argumentan que muchos recortes podrían implementarse mediante acciones ejecutivas, aprovechando la legislación existente en lugar de depender de nuevas leyes. Según un artículo de opinión reciente, los empresarios plantean tres áreas clave de reforma: rescisión de regulaciones, reducción administrativa y ahorros en costos operativos.
Este modelo no es nuevo. En los años 80, la Comisión Grace implementó recortes significativos mediante medidas ejecutivas, ahorrando al país $100 mil millones. Inspirados en este precedente, Musk y Ramaswamy buscan replicar ese éxito con DOGE. No obstante, Tom Schatz, presidente de Citizens Against Government Waste, advierte que parte de las reformas regulatorias requerirán la aprobación del Congreso bajo la Ley de Procedimientos Administrativos.
El autor e historiador Larry Schweikart subraya que el enfoque de DOGE podría transformar profundamente la burocracia federal. Entre las estrategias discutidas se encuentra la reclasificación de empleados federales bajo el controvertido Anexo F, que facilitaría la remoción de trabajadores de bajo desempeño o excesivamente politizados. Sin embargo, este tipo de cambios podría enfrentar resistencia tanto política como legal, según expertos de The Heritage Foundation.
DOGE no solo apunta a reducir costos, sino también a moldear la conversación pública. Con Elon Musk a la cabeza, plataformas como X (antes Twitter) difundirán información clave a millones de personas, ejerciendo presión política para abordar el gasto público. Según el analista David Ditch, este esfuerzo tiene el potencial de convertirse en una pieza central de la administración Trump, reviviendo un enfoque en la deuda nacional y demostrando cómo la presión política puede obligar al gobierno a tomar medidas responsables en materia fiscal.