En su artículo, el WSJ señala que lo que ha cambiado es que los grupos conservadores están respondiendo con más contundencia a las empresas, y están expresando su frustración ante sus opiniones. Eso es cierto. Si las empresas optaron por ser parte de la trifulca permanente que caracteriza a estos tiempos desnortados, y si optaron además por impulsar agendas demenciales contra los niños, la respuesta era esperable. Tales son las reglas de esta cultura corrosiva.
El Wall Street Journal informó que “en mayo, la empresa de ropa The North Face publicó un vídeo para el Mes del Orgullo en el que aparecía la travesti Pattie Gonia. El anuncio era similar al que la artista había protagonizado un año antes para el fabricante de ropa para actividades al aire libre. La reacción no fue la misma”.
“En cuestión de horas, los llamamientos al boicot de la empresa se extendieron por las redes sociales. “The North Face quiere ser la próxima Bud Light”, escribió un usuario. “¿No se supone que hay que aprender de los errores de los demás?”, señala la nota.
Según la publicación, “los directores ejecutivos han pasado los últimos años adaptándose a un mundo en el que los inversores, los clientes y los empleados esperan que los líderes empresariales se alineen con las causas sociales. Hoy, eso ha convertido a las empresas en blanco de la guerra cultural estadounidense, donde un paso puede convertir una tormenta en los medios sociales en una crisis corporativa que paralice negocios y destroce carreras”.
“Algunos CEO se están replanteando cómo -o si- intervenir en asuntos políticos o sociales delicados, con las cuestiones trans y LGBT especialmente en el punto de mira”, añade la nota.
El WSJ también da cuenta de que “los ejecutivos están descubriendo lo fácil que es dejar a todo el mundo descontento. Después de que una promoción de Bud Light con una persona transgénero influyente en las redes sociales provocara un boicot a la cerveza, la cervecera puso en excedencia a dos ejecutivos de marketing y aún así sufrió un golpe en las ventas, además de irritar a empleados y simpatizantes de la comunidad LGBT. Días después de que los expositores LGBT de Target provocaran una reacción violenta en las redes sociales y enfrentamientos entre visitantes y empleados, la empresa dijo que retiraría algunos artículos y trasladaría algunos expositores a lugares menos visibles, lo que suscitó las críticas de los partidarios de la comunidad LGBT”.
“En la última década, las empresas se han hecho oír más en causas como la inmigración, el acceso al voto, el aborto, los derechos de los homosexuales y la igualdad racial, adoptando a menudo posturas compartidas por los progresistas. Muchos ejecutivos afirmaron que se sentían empujados por los empleados o los clientes a expresar su opinión sobre cuestiones que afectan a toda la sociedad”, continúa el medio.
“Lo que está cambiando ahora, según ejecutivos y asesores empresariales, es que los grupos conservadores y los líderes políticos están respondiendo a las empresas con mayor contundencia. Los consumidores también expresan más abiertamente su frustración por el hecho de que las empresas expresen sus opiniones de un modo que algunos no ven con buenos ojos. La división que existe en el país -el debate “woke”- tiene más fuerza y más rabia de lo que nadie esperaba”, afirmó Jim Fielding, ex director ejecutivo de Claire’s Stores y ex presidente de Disney Stores, ahora ejecutivo de la empresa de medios de comunicación Archer Gray.”, agrega el WSJ.
—
Foto: raphael-renter/unsplash