La clínica, ubicada en Indianápolis, buscaba que la Corte Suprema declarara ilegal una ley de Indiana que obliga a los proveedores de abortos a enterrar o incinerar los restos humanos luego de los procedimientos, porque, según los demandantes, los obligaba inconstitucionalmente a expresar el mensaje de que un embrión o feto es una persona, y que eso iba contra sus creencias morales o religiosas. El ensañamiento de estos centros hacia los no nacidos es francamente enfermizo.
Newsmax informó que “la Corte Suprema de EE. UU. se negó el lunes a escuchar un recurso contra la legalidad de un requisito de Indiana que obliga a los proveedores de abortos a enterrar o incinerar los restos embrionarios o fetales tras el procedimiento, eludiendo otra disputa relacionada con una polémica política estatal sobre el aborto respaldada por los republicanos”.
Según la nota, “los jueces rechazaron una apelación presentada por una clínica abortista de Indianápolis y dos mujeres que abortaron en el centro contra una decisión del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito de Estados Unidos, con sede en Chicago, de restablecer el requisito del estado después de que un juez federal lo hubiera invalidado”.
“Una ley firmada en 2016 por el entonces gobernador republicano y futuro vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, imponía a las clínicas la obligación de incinerar o enterrar el tejido procedente de abortos o abortos espontáneos en lugar de utilizar el método estándar de incineración de residuos médicos humanos”, añade la publicación.
Según Newsmax, “la ley, de la que el fiscal general republicano del estado, Todd Rokita, dijo en documentos judiciales que tenía por objeto garantizar la “disposición respetuosa de los restos humanos”, también permite a los pacientes deshacerse de los restos por su cuenta”.
“Los demandantes alegaron que la ley les obligaba inconstitucionalmente a expresar el mensaje del Estado de que un embrión o feto es una persona y que atentaba contra sus creencias morales o religiosas al tratar el tejido embrionario de la misma manera que los restos de una persona fallecida”, resalta la publicación.
El medio da cuenta también de que “el juez de distrito Richard Young dictaminó que la disposición violaba la libertad religiosa y de expresión de los demandantes en virtud de la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. Pero el 7º Circuito anuló esa decisión el año pasado. El Tribunal Supremo confirmó la medida de Indiana en 2019 en un desafío separado, concluyendo que el estado tenía un interés legítimo en garantizar la eliminación adecuada de los restos fetales y no implicaba el derecho de las mujeres a obtener un aborto”.
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Foto: ian-hutchinson / unsplash