Si te despertaste esta mañana con la sensación de que la Cuaresma ha comenzado y no tienes idea de lo que estás haciendo… ¡No temas, aquí te damos algunos tips!
A continuación se enumeran cinco ideas de último momento sobre cómo hacer que esta Cuaresma sea verdaderamente fructífera.
Niega el impulso de dormir durante cinco minutos más y en cambio, levántate tan pronto como suene la alarma. San Josemaría Escrivá lo llama Minuto Heroico. Es “la hora fijada para levantarse. Sin dudarlo: una reflexión sobrenatural y… ¡arriba! El minuto heroico: aquí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no daña tu cuerpo”.
Con ese espíritu, considere practicar el Minuto Heroico y luego utilice provechosamente el tiempo extra de la mañana para la oración o la lectura espiritual.
Como señala el cardenal Sarah en El poder del silencio, “Sin ruido, el hombre posmoderno cae en una inquietud sorda e insistente. Está acostumbrado a un ruido de fondo permanente, que le repugna y al mismo tiempo le tranquiliza”.
El cardenal observa con razón que tendemos a llenar constantemente los silencios de nuestra vida al pasar de una cosa a otra. ¿Qué tal darle ese tiempo “entremedio” a Dios, quien usa el silencio para enseñarnos sobre Él y sobre nosotros mismos?
Descubra lo que Él tiene que decir en esta Cuaresma ayunando del ruido de los podcasts (¡excepto LOOPcast, por supuesto!) y la música mientras conduce.
Las pobres almas del Purgatorio, a menudo olvidadas, están pasando por un intenso sufrimiento en el proceso de purificación y se beneficiarán enormemente de las oraciones y penitencias que nosotros, la Iglesia Militante, ofrecemos en su nombre.
El Venerable Fulton Sheen dijo una vez: “Al entrar en el Cielo, los veremos, a muchos de ellos, venir hacia nosotros y darnos las gracias. Les preguntaremos quiénes son y nos dirán ‘una pobre alma por la que oraste en el Purgatorio’”.
Así que ofrezca su Misa diaria, Rosario, Hora Santa o Coronilla de la Divina Misericordia por nuestros hermanos y hermanas en el Purgatorio, especialmente aquellos que tal vez no tengan a nadie más que ore por ellos.
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. –Mateo 6:19-21
Abraza la pobreza de Cristo y renuncia a las compras no esenciales durante 40 días. Esto podría tomar la forma de renunciar a ropa y zapatos nuevos, cancelar suscripciones, renunciar a cafés caros y salir a comer, o abstenerse de comprar en línea.
Esta mortificación cuaresmal te ayudará a desapegarte de las cosas materiales y a practicar la limosna redirigiendo el dinero que habrías gastado en ti mismo hacia los pobres o hacia tu parroquia.
Imagínese si el tiempo que pasamos viendo televisión, jugando videojuegos o navegando por las redes sociales fuera en realidad el tiempo que pasáramos creciendo en el amor y el conocimiento de Jesucristo y nuestra fe.
Como alternativas a esas actividades que distraen, considere:
Ahora que tienes algunas ideas, ¡no esperes más para poner en práctica tus propósitos de Cuaresma! Como (podría haber dicho) San Agustín, “Dios ha prometido perdón a vuestro arrepentimiento, pero no ha prometido el mañana a vuestra postergación”.
Nota editorial: debido a la propensión del autor a “posponer para mañana”, este artículo se retrasa un día.