La dictadura del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en Nicaragua, congelaron las cuentas bancarias y los bienes de la Universidad Centroamericana (UCA), de la Compañía de Jesús, medida que ha sido condenada por un obispo y múltiples organizaciones.
“Como ex alumno de la Universidad Centroamericana de Managua repudio la agresión de la dictadura contra este centro de estudios”, escribió el 10 de agosto en su X (antes Twitter) el obispo auxiliar de Managua, Nicaragua, Silvio Báez.
El prelado, exiliado en Estados Unidos desde abril de 2019 por la persecución de la dictadura, afirmó que “el congelamiento de cuentas es un atentado contra la educación superior, la libertad intelectual, la cultura y toda la sociedad”. Fuentes vinculadas a la universidad dijeron al diario nicaragüense El Confidencial que el régimen ha impedido que la universidad realice cualquier tipo de transacción inmobiliaria.
Establecida en 1960 por la Compañía de Jesús, la UCA es la primera universidad privada en Nicaragua. A lo largo de su historia ha formado a más de 12 generaciones de profesionales y fue sede de la oposición a la dictadura dinástica de Somoza hasta su caída en 1979. También contribuyó al proceso de retorno a la democracia en la década de 1990 y denunció las injusticias y la represión durante las protestas antigubernamentales en Nicaragua en 2018, en las que al menos 300 personas perdieron la vida.
Félix Maradiaga, exprisionero político nicaragüense y excandidato presidencial, dijo en un mensaje de video X que “las instituciones educativas independientes han sido las principales amenazas a las tiranías imperantes en todas las épocas” y que “es la razón por la cual la dictadura Ortega-Murillo ha lanzó un ataque contra la UCA”.
Los medios reportan que los ataques a esta universidad vienen desde el 2007 pero que todo ahora se ha intensificado porque acusan a la institución educativa de sedición y conspiración contra el régimen.
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Foto: caitlyn-wilson/unsplash