Un proyecto crítico de ayuda humanitaria para inmigrantes legales y solicitantes de asilo dirigido por la comunidad católica en Tucson ha anunciado que ya no recibirá ayuda federal.
El obispo Edward Weisenburger declaró en un mensaje de video publicado en Youtube el jueves pasado que con los legisladores federales en un “impasse” sobre si continuar enviando fondos a los estados fronterizos, la Casa Alitas de la Diócesis de Tucson y otros servicios para migrantes ya no podrán funcionar en Capacidad completa.
Según informes locales, los costos de la operación “superan el millón de dólares por semana y se espera que los fondos se agoten a finales de marzo”. El director del programa, Diego Piña López, afirmó en el informe que los costos de la ayuda son de aproximadamente $105 por persona.
“Aunque anticipamos con gran tristeza no poder servir a todos los que llegan a nuestra puerta, nos adaptaremos lo mejor que podamos, incluso si sólo podemos servir a un número mucho menor”, dijo el obispo.
Casa Alitas ha servido como refugio para familias migrantes y solicitantes de asilo desde 2014. Los voluntarios de la casa ofrecen alojamiento, comida y otras necesidades a los migrantes después de su liberación de la detención de ICE y la Patrulla Fronteriza.
Según el sitio web de la organización, Casa Alitas comenzó como una respuesta a la afluencia de inmigrantes que eran dejados en la estación de autobuses Greyhound de Tucson: “Lo que comenzó cuando unas pocas personas de iglesias locales se reunieron para llevar comida a la estación de autobuses, se convirtió en todo un programa formalizado y un acogedor espacio de refugio”.
Casa Alitas ha atendido a más de 180.000 refugiados hasta 2023.
Para obtener más información o hacer una donación a Casa Alitas, haga clic aquí.