La Casa Blanca anunció el 22 de julio que Estados Unidos se retirará de la UNESCO, la agencia cultural de las Naciones Unidas, citando el apoyo de la agencia a causas ideológicas divisivas y su decisión de admitir a Palestina como Estado miembro.
“La participación continua en la UNESCO no favorece el interés nacional de Estados Unidos”, afirmó la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, en una declaración del 22 de julio.
El departamento acusó a la UNESCO de promover “causas sociales y culturales divisivas” y de promover los “Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, una agenda ideológica globalista” en desacuerdo con la “política exterior de Estados Unidos primero” del gobierno.
La decisión también se vio impulsada por la decisión de la UNESCO de 2011 de admitir a Palestina como miembro de pleno derecho. El departamento calificó la medida de «sumamente problemática», «contraria a la política estadounidense» y contribuyente a la proliferación de la retórica antiisraelí dentro de la organización.
Los funcionarios israelíes celebraron la retirada de Estados Unidos. En una declaración publicada en X, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, la calificó como una medida necesaria para garantizar un trato justo a Israel.
“Israel agradece a Estados Unidos por su apoyo moral y liderazgo”, añadió Saar, “especialmente en el ámbito multilateral, plagado de discriminación contra Israel”.
La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, expresó su pesar por la decisión y advirtió en un comunicado de prensa del 22 de julio que afectaría principalmente a las asociaciones de la agencia en Estados Unidos.
Pero Azoulay también dijo que la agencia había previsto la retirada.
“La UNESCO se ha preparado para ello”, dijo, señalando que la financiación estadounidense ahora representa sólo el 8% del presupuesto de la agencia después de varios años de trabajo para diversificar las fuentes de financiación de la agencia.
Azoulay cuestionó el razonamiento de la administración, argumentando que las afirmaciones “contradicen la realidad de los esfuerzos de la UNESCO”, señalando particularmente sus esfuerzos para combatir el antisemitismo.
“Las razones esgrimidas por Estados Unidos para retirarse de la Organización son las mismas que hace siete años”, afirmó Azoulay, “si bien la situación ha cambiado profundamente, las tensiones políticas han disminuido y la UNESCO constituye hoy un foro excepcional para el consenso sobre un multilateralismo concreto y orientado a la acción”.
La retirada entrará en vigor el 31 de diciembre de 2026. Hasta entonces, Estados Unidos seguirá siendo miembro de pleno derecho.
Esta es la tercera agencia de la ONU que la administración Trump decide retirar, después de retiros anteriores de la Organización Mundial de la Salud y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Estados Unidos ha entrado y salido de la UNESCO varias veces en los últimos años debido a disputas políticas.
Según Axios, en 2011, la administración Obama congeló la financiación tras la incorporación de Palestina como miembro de pleno derecho. La administración Trump se retiró formalmente en 2017, e Israel hizo lo mismo. En 2023, el expresidente Joe Biden se reincorporó a la organización para contrarrestar la creciente influencia china.