Washington y Pekín exploran vías para relanzar el diálogo comercial tras meses de tensiones.
En un gesto que podría marcar un cambio de rumbo en las relaciones bilaterales, Estados Unidos y China han anunciado una reunión clave en Suiza con el objetivo de reactivar las negociaciones comerciales. Este encuentro, que se da en medio de una creciente guerra de aranceles entre las dos mayores economías del mundo, podría ser el primer paso hacia una distensión estratégica.
Las tensiones entre ambos países se han intensificado en los últimos meses, tras sucesivas rondas de impuestos sobre importaciones que han afectado a sectores clave, desde la tecnología hasta la agricultura. Washington acusa a Pekín de prácticas desleales, como la transferencia forzada de tecnología y el subsidio estatal a empresas, mientras que China denuncia un intento de contener su desarrollo económico.
La elección de Suiza como sede no es casual. Al ser un país neutral con tradición diplomática, ofrece un terreno propicio para conversaciones sensibles lejos del foco mediático habitual. Aunque no se han revelado mayores detalles sobre la agenda, fuentes cercanas al proceso señalaron que los equipos negociadores buscan establecer un marco de entendimiento que permita reducir las fricciones y evitar una escalada que afecte aún más a los mercados globales.
Este diálogo se produce en un contexto de creciente presión internacional para que ambas potencias estabilicen su relación. Organismos multilaterales como la OMC y el FMI han advertido que una prolongación del conflicto comercial podría tener efectos negativos sobre el crecimiento económico global, ya debilitado por la inflación y la inestabilidad financiera.
Aún está por verse si este encuentro en Suiza derivará en compromisos concretos. Sin embargo, el solo hecho de que ambas partes hayan aceptado sentarse nuevamente a dialogar ha sido interpretado por los analistas como una señal de que persiste la voluntad de evitar un enfrentamiento sin retorno.