No se puede esperar que el próximo cónclave papal sea demasiado breve porque los cardenales necesitan seguir conociéndose, según el cardenal Louis Raphael I Sako, patriarca de la Iglesia católica caldea.
Hablando con los periodistas mientras entraba en el aula sinodal el 5 de mayo para la congregación general de la mañana antes del cónclave, el cardenal Sako explicó que el proceso requiere tiempo, no prisa indebida, ya que los cardenales deben votar sólo por candidatos que conocen bien.
“No será un cónclave breve de dos o tres días”, dijo el cardenal Sako, enfatizando la importancia del discernimiento cuidadoso y la familiaridad entre los electores. “No podemos votar por personas que no conocemos”.
Explicó que la selección de un nuevo Papa “no debe ser apresurada sino que debe centrarse en elegir un líder que encarne la unidad y la integridad de la Iglesia”.
El cardenal Sako destacó el ambiente fraternal y el espíritu de responsabilidad que reinaba entre los cardenales mientras se preparaban para la votación. Expresó su esperanza de que el nuevo papa pudiera ser elegido en un plazo de tres a cuatro días, pero recalcó que «lo importante es tener un buen papa», más que simplemente un resultado rápido.
Históricamente, los cónclaves recientes han sido breves: las elecciones del papa Benedicto XVI en 2005 y del papa Francisco en 2013 duraron solo dos días cada una, mientras que el cónclave de 1978 que eligió al papa Juan Pablo II duró tres días. Actualmente, el quórum mínimo para la elección es de 89 votos.
El cardenal Louis Raphael I Sako ha servido como patriarca de Bagdad de la Iglesia católica caldea desde 2013 y fue nombrado cardenal por el Papa Francisco en 2018. Nacido en Zakho, Irak, en 1948, el cardenal Sako ha sido un líder destacado de los cristianos iraquíes, guiando a su comunidad a través de períodos de intenso conflicto, incluidas las secuelas de la invasión liderada por Estados Unidos y el aumento de la violencia extremista.
El Cardenal Sako posee una amplia formación académica, con doctorados en Patrología Oriental por el Pontificio Instituto Oriental de Roma y en Historia por la Sorbona de París. Ha sido reconocido por su defensa de la paz, el diálogo interreligioso y los derechos de los cristianos en Irak. Domina varios idiomas y también fue rector del Seminario Patriarcal de Bagdad y arzobispo de Kirkuk antes de convertirse en patriarca.