El cardenal Joseph Zen, de 93 años y defensor de los derechos anticomunistas, regresó del Vaticano a Hong Kong, donde un tribunal le había concedido el uso temporal de su pasaporte —que el gobierno había confiscado en 2022— para asistir al funeral del Papa Francisco.
El cardenal arzobispo emérito de Hong Kong, Zen, llegó al Vaticano el 28 de abril y permaneció allí para asistir a las Congregaciones Generales, en las que pronunció un discurso previo al cónclave.
El 12 de mayo, publicó en su cuenta X que el padre Cheung Sum-yui, sacerdote que lo acompañó en el viaje, confirmó a The Voice que el cardenal había regresado a Hong Kong. Aunque el cardenal había sufrido y se había recuperado recientemente de una larga enfermedad, consideró su deber acudir al Vaticano para el funeral y las reuniones con los cardenales, según la publicación.
Crítico declarado del acuerdo provisional entre el Vaticano y China de 2018 y del comunismo, y administrador de un fondo, ahora clausurado, que apoyaba la ayuda humanitaria a manifestantes prodemocracia, el cardenal Zen fue arrestado en Hong Kong en 2022 bajo cargos imprecisos de colusión con potencias extranjeras. Fue puesto en libertad bajo fianza varias horas después, según el Centro para la Libertad Religiosa del Instituto Hudson.
Nina Shea, directora del instituto, dijo entonces que su arresto “significa el fin de la libertad religiosa en Hong Kong, la última de las libertades fundamentales que se extingue allí”.
El cardenal Zen también ha seguido apoyando al periodista y activista católico encarcelado Jimmy Lai. Apareció junto a la familia de Lai cuando el activista testificó ante un tribunal de Hong Kong en noviembre de 2024. Ambos hombres han sido investigados por presuntas violaciones de la controvertida ley de seguridad nacional de Hong Kong.
A finales de abril, un tribunal de Hong Kong autorizó al cardenal Zen a salir temporalmente de Hong Kong y usar su pasaporte para viajar al Vaticano. Esta semana, el cardenal, quien permanece en libertad bajo fianza tras su arresto en 2022, ha regresado a la archidiócesis de Hong Kong, la cual dirigió durante siete años.