¿Quién es el cardenal Dominique Mamberti, el hombre que pronunció las palabras que el mundo estaba esperando: “Habemus Papam!” – “¡Tenemos un Papa!”?
Según la tradición y la legislación, como protodiácono del Colegio Cardenalicio, Mamberti fue el primero en presentar al nuevo pontífice a los fieles católicos después de que el humo blanco ascendiera de la Capilla Sixtina.
El cardenal francófono nació en Marrakech, Marruecos, en 1952, de padres franceses, y su vida estuvo marcada por el servicio y la diplomacia. Ordenado sacerdote para la diócesis de Ajaccio, Córcega, en 1981, se incorporó rápidamente al servicio diplomático de la Santa Sede, sirviendo en Argelia, Chile, Líbano y en las Naciones Unidas en Nueva York.
Se convirtió en Nuncio Apostólico en Sudán y Eritrea, y posteriormente en Secretario para las Relaciones con los Estados, el equivalente vaticano al ministro de Asuntos Exteriores. En ese cargo, representó a la Santa Sede en importantes asuntos internacionales y defendió la libertad religiosa a nivel mundial.
En 2014, el Papa Francisco lo nombró Prefecto de la Signatura Apostólica, la máxima autoridad judicial del Vaticano, en reemplazo del cardenal Raymond Leo Burke, y lo hizo cardenal al año siguiente.
Mamberti salió al balcón central de la Basílica de San Pedro para anunciar al nuevo papa esta tarde, aproximadamente una hora después de que la humareda blanca saliera por primera vez de la chimenea de la Capilla Sixtina. Utilizó la antigua y conmovedora fórmula:
“ Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Robert Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Prevost , qui sibi nomen imposuit León XIV”.
“El Muy Eminente y Reverendísimo Señor, Señor Roberto Cardenal de la Santa Iglesia Romana Prevost, que ha tomado el nombre de León XIV.”
Curiosamente, si el cardenal Mamberti hubiera sido elegido Papa, el honor de anunciar “Habemus Papam” habría pasado al siguiente cardenal diácono de mayor rango: el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, otro distinguido diplomático del Vaticano conocido por su labor humanitaria durante la guerra civil siria.
Zenari, cardenal desde 2016, ha dedicado su carrera a defender la paz y a defender a los que sufren en Siria, encarnando la misión de la Iglesia en algunos de los contextos más difíciles del mundo.