La analista del Vaticano Luisella Scrosati ha expresado su preocupación por el nombramiento por parte del Papa Francisco del fraile capuchino Roberto Pasolini como nuevo predicador de la Casa Papal.
En un artículo reciente publicado en el Daily Compass, Scrosati criticó la selección como evidencia de una tendencia más amplia del Vaticano a normalizar la homosexualidad dentro del discurso de la Iglesia, particularmente a través de lo que ella describe como reinterpretaciones “ideológicas” de las Escrituras.
Las recientes posiciones teológicas del padre Pasolini sobre la homosexualidad constituyen el eje de la crítica de Scrosati. El nuevo predicador ha sugerido, por ejemplo, que ciertas relaciones bíblicas —como las que se dan entre Jonatán y David o entre el centurión romano y su sirviente— podrían interpretarse como alusión al amor homosexual. Los argumentos de Pasolini, sostiene Scrosati, se basan en “pura fantasía” más que en una exégesis sólida.
Durante un debate público celebrado en el Convento de los Frailes Menores Capuchinos en Varese, Italia, sobre “Homosexualidad y cristianismo”, Pasolini reconoció que la Biblia no afirma las relaciones homosexuales, pero sugirió que ciertos pasajes dejan espacio para una interpretación imaginativa.
Refiriéndose al vínculo entre Jonatán y David, Pasolini afirmó: “Llegar al extremo de afirmar que se trató de una relación homosexual es, sin embargo, una manipulación del texto… aunque en todo caso estamos autorizados a imaginar que el amor entre David y el hijo de Saúl pudo haber sido de esta naturaleza”. Scrosati calificó esto como un claro ejemplo de “forzar el texto para que se ajuste a una narrativa predeterminada”.
Aún más polémica es la interpretación que hace Pasolini de la relación entre el centurión y su sirviente, que según él podría haber sido romántica. Citando el gran afecto del centurión por su sirviente, Pasolini afirmó que interpretar este vínculo como homosexual “no es impropio pensar así”. Scrosati descarta esto como una extralimitación teológica, criticando a Pasolini por usar incorrectamente el término griego entimos (traducido como “muy estimado”) para sugerir una dimensión sexual donde no existe ninguna.
Scrosati también relacionó el enfoque teológico de Pasolini con sus vínculos con el padre Marko Rupnik, el sacerdote jesuita acusado de abusos sexuales en serie a un convento de monjas. Scrosati dijo que Pasolini, que ha colaborado con Rupnik en el pasado, es parte de un círculo de figuras que promueven “interpretaciones distorsionadas” de las Sagradas Escrituras. El analista del Vaticano sugirió que estas afiliaciones plantean más preguntas sobre la integridad del nombramiento de Pasolini.
La crítica de Scrosati se extendió a las implicaciones de la teología de Pasolini en el controvertido documento del papa Francisco Fiducia supplicans , que permite bendiciones para parejas del mismo sexo. Scrosati argumentó que las interpretaciones de Pasolini apuntan a legitimar esta postura, aun cuando carecen de una sólida base bíblica.
“Una bendición sacramental no es un simple ‘buen deseo’”, afirmó Scrosati, acusando a Pasolini de mezclar principios teológicos para adaptarlos a una agenda ideológica.
Para Scrosati, el nombramiento de Pasolini representa un cambio preocupante en la dirección teológica del Vaticano. “Una vez más, el Papa se ha rodeado de personas que están empeñadas en hacer pasar la homosexualidad como una orientación sexual normal”, escribió, sugiriendo que esto es parte de un esfuerzo más amplio para reformular la enseñanza de la Iglesia a través de una “exégesis arbitraria y fantasiosa”.
Scrosati advirtió que tales interpretaciones teológicas podrían socavar las enseñanzas morales de la Iglesia, convirtiendo los debates doctrinales en ejercicios de especulación fantasiosa e ideológica en lugar de fidelidad a las Escrituras.