El Papa Francisco ha enfrentado serios problemas de salud en las últimas semanas, incluyendo dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 3 de marzo.
El Santo Padre, de 87 años, ha estado hospitalizado en el Hospital Gemelli de Roma desde el 14 de febrero debido a una grave infección respiratoria y una doble neumonía. En los últimos días, su estado se ha vuelto más delicado, requiriendo intervenciones médicas adicionales.
Según el informe oficial del Vaticano, el Papa sufrió dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda provocados por una acumulación de mucosidad y un broncoespasmo resultante. Para estabilizarlo, los médicos realizaron dos broncoscopias con el fin de despejar las vías respiratorias y facilitar su respiración.
A pesar de estas complicaciones, el Pontífice ha continuado con su tratamiento, retomando la ventilación mecánica no invasiva en la tarde del 3 de marzo. De acuerdo con el comunicado oficial, el Papa permaneció “alerta, orientado y cooperativo” durante los procedimientos, aunque se advirtió que “el pronóstico sigue siendo reservado”.
Desde el 28 de febrero, Francisco ha requerido oxigenación suplementaria después de experimentar un broncoespasmo aislado. Su estado de salud sigue siendo monitoreado de cerca por el equipo médico del Hospital Gemelli.
A pesar de la gravedad de su situación, el Papa Francisco ha querido compartir una reflexión sobre su experiencia en el hospital y el sentido espiritual que ha encontrado en este tiempo de prueba.
El 2 de marzo, en un mensaje enviado para el rezo del Ángelus dominical, el Papa expresó su gratitud por las lecciones que ha aprendido en medio de la enfermedad y destacó que incluso en la fragilidad hay una bendición.
“Siento en mi corazón la ‘bendición’ que está oculta en la fragilidad, porque es precisamente en estos momentos cuando aprendemos aún más a confiar en el Señor”, afirmó el Pontífice. “Al mismo tiempo, agradezco a Dios por darme la oportunidad de compartir en cuerpo y espíritu la condición de tantos enfermos y personas que sufren”.
Habitualmente, el Papa pronuncia el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Sin embargo, debido a su internación, este mensaje fue transmitido desde el hospital.
En su reflexión dominical, el Papa meditó sobre el Evangelio de Lucas 6:39-45, en el que Jesús habla sobre la corrección fraterna y la importancia de los frutos que produce cada persona. Destacó que la corrección fraterna solo es válida cuando nace del amor y no de la condena.
Además, subrayó que las palabras de una persona son un reflejo de su interior: “Si nuestras palabras son violentas, falsas o vulgares, producen frutos podridos. Si son honestas y justas, dan buenos frutos”, explicó. Invitó a los fieles a examinarse a sí mismos con la pregunta: “¿Mis palabras tienen buen sabor, o están impregnadas de amargura y vanidad?”
Desde su habitación en el Hospital Gemelli, el Papa Francisco también quiso expresar su profundo agradecimiento por el apoyo y las oraciones que ha recibido de todo el mundo.
“Quiero agradecerles por las oraciones que surgen de los corazones de tantos fieles en muchas partes del mundo”, dijo el Santo Padre. “Siento todo su afecto y cercanía y, en este momento particular, me siento ‘llevado’ y sostenido por todo el pueblo de Dios. ¡Gracias a todos!”
A pesar de su estado de salud, el Papa no dejó de dirigir su mirada hacia los conflictos y sufrimientos en el mundo. Hizo un llamado especial a la paz, expresando su dolor ante la violencia y la guerra en diversas regiones.
“Desde aquí, la guerra parece aún más absurda”, declaró con pesar. “Oremos por la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y Kivu. Confiémonos con confianza a María, nuestra Madre”.
El mensaje del Pontífice refleja su constante preocupación por los más vulnerables y su deseo de que la humanidad encuentre caminos de reconciliación y paz.
A medida que su estado de salud sigue en observación, se han generado especulaciones sobre el impacto que esta crisis podría tener en su pontificado. El Papa Francisco ha enfrentado diversos problemas de salud en los últimos años, lo que ha llevado a algunos a preguntarse si podría considerar la posibilidad de renunciar, como lo hizo su predecesor, el Papa Benedicto XVI.
Sin embargo, hasta el momento, el Santo Padre no ha dado señales de que tenga intención de abdicar. Por el contrario, ha mantenido su compromiso con la Iglesia y ha continuado ejerciendo sus responsabilidades, incluso desde el hospital.
Mientras tanto, el mundo católico sigue rezando por su recuperación, esperando que pueda retomar sus actividades y seguir guiando a la Iglesia con su mensaje de esperanza, misericordia y justicia.