El Papa Francisco ha reabierto un caso contra el ex jesuita y artista religioso Marko Rupnik, quien habría abusado sexual y espiritualmente de más de 20 mujeres adultas.
Según un comunicado de prensa del Vaticano del viernes por la mañana, “en septiembre, la Comisión Pontificia para la Protección de Menores llamó la atención del Papa sobre graves problemas en el trato con el padre. Caso Marko Rupnik y falta de acercamiento a las víctimas”.
En consecuencia, “el Santo Padre solicitó al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que revisara el caso y decidió levantar el plazo de prescripción para permitir que se llevara a cabo un proceso”.
La declaración del viernes marca un cambio significativo en la posición del Vaticano sobre el caso.
La noticia de esta semana sobre la incardinación de Rupnik en una diócesis en su Eslovenia natal provocó una gran protesta en relación con el compromiso del Papa de combatir el abuso sexual en la Iglesia.
En mayo de 2020, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe excomulgó temporalmente a Rupnik por el grave delito canónico de absolver a varias víctimas de sus abusos sexuales en la confesión sacramental.
La Compañía de Jesús tomó medidas cautelares contra Rupnik en 2022 al prohibirle escuchar confesiones, dar dirección espiritual o realizar ejercicios espirituales. Los jesuitas también prohibieron a Rupnik aparecer en público sin el permiso del superior local.
Después de que Rupnik violara todas estas medidas, la Compañía de Jesús emitió un decreto el 9 de junio de 2023, expulsándolo de los jesuitas “por su obstinada negativa a observar el voto de obediencia”.
En el pasado, el Papa Francisco, compañero jesuita y amigo, había recomendado a Rupnik como orador y guía espiritual.
En reacción al rechazo por las noticias de principios de esta semana sobre la bienvenida de Rupnik a la Diócesis de Koper, el obispo Jurij Bizjak dijo que no había recibido documentación sobre ninguna condena contra Rupnik y, por lo tanto, podía presumir la inocencia de Rupnik.
La apertura de un proceso contra Rupnik lo descalifica ahora para la incardinación en cualquier diócesis católica.
“El Papa está firmemente convencido de que si hay algo que la Iglesia debe aprender del Sínodo es escuchar atenta y compasivamente a quienes sufren, especialmente a quienes se sienten marginados de la Iglesia”, decía la declaración del Vaticano del viernes.