Jeffrey Goldberg, editor jefe de The Atlantic. (Jemal Countess/Getty Images para The Atlantic)
El editor en jefe de The Atlantic fue incluido por error en una conversación interna del Pentágono, revelando cómo EE.UU. busca moldear la narrativa sobre los ataques aéreos contra los hutíes. Donald Trump afirmó no saber de la filtración en rueda de prensa.
El pentágono filtró por error mensajes clasificados en Signal al Editor Jefe de The Atlantic, revelando que intentan moldear la narrativa sobre los ataques en Yemen. Trump afirmó no conocer de la filtración en una rueda de prensa. pic.twitter.com/Ly7imfaK9g
— VotoCatolico (@votocatolicousa) March 25, 2025
Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, fue incluido por error en una cadena de mensajes de Signal utilizada por funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos. En ese grupo, se discutía la estrategia para “asegurar” que medios influyentes como The New York Times, The Washington Post y The Atlantic transmitieran correctamente la narrativa oficial sobre los ataques militares en Yemen.
Uno de los mensajes decía explícitamente: “Necesitamos asegurarnos de que los principales medios estén recibiendo el mensaje correcto”. Goldberg, al percatarse del error, salió del grupo e informó de inmediato que había sido añadido por accidente. La situación se hizo pública, generando cuestionamientos sobre la cercanía entre ciertos medios y el gobierno en contextos de guerra.
El incidente tiene lugar en medio de un conflicto creciente en Yemen. El 11 de enero de 2024, Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron ataques aéreos contra posiciones hutíes en respuesta a una serie de agresiones del grupo rebelde contra barcos comerciales en el Mar Rojo, un paso clave para el comercio global.
Los hutíes, apoyados por Irán, han justificado sus acciones como una represalia simbólica en apoyo a Palestina por la ofensiva israelí en Gaza. Aunque sus ataques no han dejado víctimas, sí han alterado significativamente el comercio internacional.
La administración Biden defendió los bombardeos como una medida necesaria para garantizar la libertad de navegación. Sin embargo, los críticos han señalado que los ataques no han detenido a los hutíes y podrían provocar una mayor inestabilidad en la región.
También ha habido reclamos en el Congreso por la falta de autorización previa para el uso de la fuerza militar, reavivando el debate sobre los límites del poder ejecutivo en materia bélica.
Lo más preocupante del mensaje filtrado es la intención expresa de alinear a los grandes medios con el discurso oficial. Si bien es común que el gobierno busque apoyo narrativo en tiempos de guerra, la inclusión accidental del editor en jefe de un medio importante dejó al descubierto una coordinación poco transparente.
El caso pone en tela de juicio la independencia editorial y plantea una pregunta incómoda: ¿hasta qué punto están los medios dispuestos —o condicionados— a servir como altavoces del gobierno?