En una columna publicada en el Martin Center y difundida por el National Review, el profesor Ron Jenkins se pregunta cómo pueden sobrevivir las universidades religiosas en un entorno tan hostil. La respuesta, dice Jenkins, es mantenerse fieles a sus creencias, incluso si ello significa sacrificar subvenciones estatales, no participar en competencias deportivas de primera división o no ser considerada una universidad de investigación de alto nivel.
El National Reviews informó “no muchos de los colegios y universidades que originalmente tenían una orientación religiosa la han mantenido, y los que aún la tienen se encuentran con demandas y regulaciones por no aceptar toda la agenda “woke””.
“En el artículo que publica hoy el Martin Center, el profesor Rob Jenkins examina la situación de las universidades religiosas. Se encuentran en una situación delicada, pero pueden sobrevivir, afirma, si se atienen a sus principios y se mantienen lo más alejados posible del gobierno”, señala la nota.
La publicación añade que “tras relatar casos en los que las escuelas religiosas han sido atacadas recientemente, Jenkins escribe: “¿Cómo pueden sobrevivir las universidades religiosas en un entorno tan hostil? ¿Dejarán simplemente de existir o de ser religiosas? Con el tiempo, es posible que muchas de ellas dejen de ser religiosas de forma significativa; no me cabe duda de que ése es el objetivo de la izquierda. Pero mientras tanto, hay medidas concretas que las instituciones religiosas pueden tomar para prolongar sus ministerios manteniéndose fieles a sus principios fundacionales””.
“¿Pero cómo?”, se pregunta el National Review, y señala que “su punto clave es que la financiación gubernamental significa control gubernamental. La mayoría de los líderes universitarios asumen que la única forma de existir es con el dinero de las ayudas federales a los estudiantes fluyendo a través de los estudiantes hacia sus arcas. Sí, eso facilita mucho la financiación de las operaciones, pero no es la única opción”.
La publicación concluye citando a Jenkins:
“Ahora deben preguntarse si es más importante ser una universidad de investigación de alto nivel, practicar deportes en una gran conferencia de la División I y obtener subvenciones federales, o mantenerse fieles a sus creencias fundamentales, tal vez sacrificando todos esos otros “honores”.
Si optan por lo primero, como he señalado antes, dejan de ser esencialmente instituciones religiosas o, en el mejor de los casos, se convierten en religiosas solo de nombre. Si optan por lo segundo, les esperan muchos retos. Pero la pérdida de identidad no es uno de ellos, como tampoco lo es la pérdida de fe”.
Puede leer el artículo completo en inglés aquí.
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Foto: college.library / wikipedia