El arzobispo de Malta y secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe se apunta al juego de su ‘jefe’ en el Dicasterio de dar grandes titulares rompedores.
Monseñor Charles Scicluna, conocido por haber estado implicado en investigaciones de alto perfil sobre abuso sexual por parte de miembros del clero, por encargo personal del Papa, ha declarado en una entrevista con el periódico Times of Malta que el celibato sacerdotal debería ser opcional.
Según Scicluna, ha llegado el momento de «discutir seriamente el tema» y «tomar decisiones al respecto», dijo, añadiendo que ya habló abiertamente sobre ello en el Vaticano, pero reconoció que, en última instancia, no es su decisión.
“Esta es probablemente la primera vez que lo digo públicamente y a algunas personas les parecerá herético”, dijo el arzobispo de Malta y peso pesado dentro del Dicasterio que dirige el cardenal Víctor Manuel Fernández.
“¿Por qué deberíamos perder a un joven que habría sido un excelente sacerdote, sólo porque quería casarse? Y perdimos buenos sacerdotes sólo porque eligieron el matrimonio”.
En la entrevista con el citado medio maltés Scicluna reconoció que el celibato todavía tiene y seguirá teniendo un lugar en la Iglesia, pero dijo que aprendió por experiencia que a los sacerdotes también se les debe dar la opción de casarse, al igual que en las iglesias católicas del Rito oriental.
“Fue opcional durante el primer milenio de existencia de la Iglesia y debería volver a ser opcional”, dijo. “Un hombre puede madurar, entablar relaciones, amar a una mujer. Tal como están las cosas, él debe elegir entre ella y el sacerdocio, y algunos sacerdotes se las arreglan con eso entablando relaciones sentimentales en secreto”, agregó el arzobispo.
El arzobispo Scicluna, experto en investigar abusos sexuales dentro de la Iglesia, reconoció que dentro de la Iglesia católica hay sacerdotes con hijos. “Esta es una realidad global; No ocurre sólo en Malta. Sabemos que hay sacerdotes en todo el mundo que también tienen hijos y creo que hay otros en Malta que quizás también los tengan”, dijo.
Nacido en Malta, sus padres se trasladaron a Malta al poco de nacer él. Fue ordenado sacerdote en en julio de 1986 y lleva trabajando en el Vaticano desde 1995 primero como promotor de Justicia adjunto en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y luego como promotor de justicia en la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigido entonces por el cardenal Joseph Ratzinger.
En su rol de promotor de justicia, se le atribuye la autoría de las normas universales de 2010, que extendieron los estatutos de limitaciones de la Iglesia para informar de casos de abuso sexual y expandió la categoría de delitos eclesiásticos para incluir las conductas sexuales impropias con un adulto discapacitado y la posesión de pornografía infantil.
En 2005, Ratzinger encargó a Scicluna que recogiera los testimonios de abuso sexual cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel. También fue el encargado de la investigación que se llevó a cabo con los obispos chilenos. Recientemente, también ha liderado junto con el español Jordi Bertomeu la investigación de abusos sexuales dentro del Sodalicio de Vida Cristiana.
En 2012 fue apartado de la Curia Romana y nombrado obispo auxiliar de la diócesis de la Valletta, en Malta, su lugar de origen. En 2014 En declaraciones a The Sunday Times of Malta, Mons. Charles Scicluna indicó que con el Santo Padre «conversamos sobre muchos aspectos… y cuando presenté el tema que me está preocupando como Obispo (el proyecto de ley de adopción gay) me alentó a hablar» para oponerse.
En 2015 el Papa Francisco lo nombró arzobispo de Malta. El 13 de noviembre de 2018 fue nombrado secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ad quinquennium.
En una entrevista publicada en 2019, el arzobispo Scicluna reconoció que «hay un dato constante desde 2001 por lo que respecta a los abusos sexuales a menores cometidos por el clero católico: el 80% de las víctimas son de sexo masculino y por encima de los 14 años. Es un dato, la interpretación es otra cosa».
En esa misma entrevista, preguntado sobre si abolir el celibato ayudaría a combatir el problema respondió lo siguiente: «No. Y es algo estadístico. Mirando los abusos sexuales a menores en general, el celibato no tiene incidencia. Puede crear frustraciones, pero no tiene un impacto en los abusos a menores en el mundo en todas las áreas. No corresponde con eso. Es otro fenómeno».