Desde que un acuerdo negociado por el Vaticano aseguró su liberación anticipada de una sentencia de 26 años de prisión a principios de este año, el obispo nicaragüense Rolando Álvarez ha permanecido sospechosamente silencioso, lo que generó especulaciones de que podría ser a instancias del pontífice.
En un artículo del 5 de mayo, el medio de noticias cubano independiente Havana Times observó que el obispo, característicamente franco, ha estado de incógnito desde su liberación en enero, especulando además que el Papa Francisco podría estar detrás de esto.
El obispo Álvarez recibió recientemente el Premio Libertas 2024 del Principado de Asturias, en reconocimiento a su defensa contra el régimen autoritario de Ortega. Sin embargo, señaló Havana Times , el obispo “respondió de la misma manera que ha respondido desde que fue desterrado de su país y enviado al Vaticano el 14 de enero de 2024: con completo y absoluto silencio”.
Ampliamente conocido como un símbolo de resistencia, el obispo Álvarez se pronunció regularmente contra la dictadura de Ortega, condenando su persecución generalizada de la Iglesia católica y otras violaciones de derechos humanos.
En agosto de 2022, el régimen de Ortega puso al obispo Álvarez bajo arresto domiciliario en la Curia de Matagalpa, y luego en Managua, por presuntas “actividades desestabilizadoras y provocadoras”. Famosas, recordó el medio de comunicación cubano, las fotos del obispo Álvarez arrodillado en la calle con su báculo, bendiciendo al oficial de policía, se volvieron virales.
Tras negarse a subir a un avión con destino a Estados Unidos, junto con otros 221 sacerdotes, diáconos y religiosos, el régimen de Ortega condenó al obispo Álvarez a 26 años de prisión, por presunta “traición”.
En los días previos a su liberación en enero, el representante Chris Smith (R-NJ) se refirió a La Modelo, la prisión donde el obispo pasó más de 500 días, como “el Gulag de Ortega”. El Vaticano anunció el 14 de enero que había negociado con éxito la liberación del obispo Álvarez, junto con otro obispo, quince sacerdotes y dos seminaristas.
El obispo Álvarez, señaló Havana Times, ha permanecido en silencio desde entonces.
“Ortega y Murillo nunca lograron asustar a Rolando Álvarez para que se callara o lograr que pidiera perdón mientras estaba en prisión”, afirmó el medio, y concluyó: “Hasta ahora, sin embargo, parece que el Papa pudo hacer lo que Ortega nunca logró: silenció a Rolando Álvarez”.