Tras ser clave en la victoria de Trump en 2024, el voto hispano se perfila como el factor decisivo para que los republicanos mantengan la Cámara de Representantes en las próximas elecciones de medio término. El NRCC despliega una estrategia quirúrgica en distritos clave donde el respaldo hispano al GOP no deja de crecer.
Con las elecciones de medio término a la vuelta de la esquina, el Partido Republicano se prepara para una de sus batallas políticas más importantes: conservar la mayoría en la Cámara de Representantes en 2026. Aunque la tarea se vislumbra compleja, dadas las dinámicas históricas que suelen castigar al partido en el poder, los republicanos apuestan por un factor que ya fue clave para devolver a Donald Trump a la Casa Blanca en 2024: el voto hispano.
Desde el Comité Nacional Republicano del Congreso (NRCC), el brazo electoral del GOP para la Cámara, se está diseñando una estrategia centrada en este grupo demográfico, que en los últimos años ha mostrado una tendencia creciente hacia las políticas conservadoras. El objetivo: replicar en 2026 un escenario favorable como el de 2002, cuando George W. Bush logró aumentar la representación republicana en medio término, y evitar un revés como el de 2018.
El NRCC ya tiene en la mira a un grupo de congresistas demócratas que representan distritos con dos características fundamentales: una alta proporción de población hispana y un respaldo significativo a Trump en 2024. Los casos más emblemáticos son los de Henry Cuellar (TX-28) y Vicente González (TX-34), donde el voto hispano ha virado notablemente hacia el Partido Republicano.
En el distrito de González, donde el 83% de la población es hispana, Trump logró un 53% del voto, mejorando 10 puntos respecto a 2020 y 22 puntos respecto a 2016. De manera similar, en el distrito de Cuellar, con un 65% de población hispana, Trump también obtuvo el 52% de los votos, consolidando su avance en Texas.
Además de Cuellar y González, otros tres demócratas en la mira son Nellie Pou (NJ-09), Adam Gray (CA-13) y Josh Harder (CA-09), todos en distritos con crecientes simpatías republicanas. El NRCC también observa con atención los distritos de Raúl Ruiz (CA-25), Jim Costa (CA-21) y Darren Soto (FL-09), donde Trump mostró avances significativos en 2024. En el distrito de Costa, por ejemplo, el actual presidente alcanzó el 48% de los votos, siete puntos más que en 2020.
La lógica es clara: consolidar esta tendencia entre los votantes hispanos podría ser la clave para que Trump y el GOP no solo retengan la Cámara, sino que incluso ganen nuevos escaños, algo que ningún republicano ha logrado en décadas durante unas elecciones de medio término.
El cambio en la orientación política del voto hispano es uno de los fenómenos más relevantes del actual ciclo electoral. En 2024, Trump obtuvo el 45% del voto hispano, el mejor desempeño de un republicano en décadas, con un avance de 13 puntos respecto a 2020. Entre los hombres hispanos, su apoyo subió del 36% al 54%.
Las razones de este giro son múltiples. La agenda demócrata, centrada en políticas de identidad y en debates ajenos a las preocupaciones cotidianas de los votantes, ha generado un creciente desencanto. Como admitió el congresista demócrata Seth Moulton, su partido ha pasado demasiado tiempo intentando “no ofender a nadie” en vez de enfocarse en los temas importantes.
Por el contrario, los votantes hispanos están cada vez más atentos a cuestiones como los impuestos, la economía y la seguridad fronteriza. Una reciente encuesta de The Libre Institute mostró que estas son las principales preocupaciones de esta comunidad. El portavoz del NRCC, Christian Martínez, lo resume así: “Los votantes latinos se están alejando de los demócratas que impulsan una política de identidad radical y que acaban de votar por la mayor subida de impuestos en generaciones”.
Para Trump, mantener la Cámara es vital para sostener su agenda política. Como advirtió el comentarista Ben Shapiro: “Trump sabe que en el momento en que los demócratas tomen el control del Congreso, su Administración está terminada. Solo habrá investigaciones, demandas, y el juicio político estará sobre la mesa desde el primer día”.
Por ello, el esfuerzo republicano en distritos hispanos se presenta como una jugada estratégica de alto valor. Si logran consolidar este voto y replicar el éxito de 2024 en las legislativas de 2026, el GOP podría no solo mantener el control del Congreso, sino también profundizar la crisis identitaria del Partido Demócrata.