Por Sergio Velasco: Politólogo, analista político y especialista en política europea. Columnista en medios de comunicación húngaros y españoles. Fundador del proyecto Filosofía Política.
La familia natural se encuentra hoy bajo el ataque coordinado y bien planificado de la izquierda y los globalistas. ¿De qué manera apoya el partido Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) los valores familiares y cómo lucha con la izquierda radical antivida?
En primer lugar, quiero señalar que la Alianza para la Unión de los Rumanos es el único partido político de Rumanía que no sólo ha defendido abiertamente la familia natural, sino que la ha convertido en uno de sus pilares fundamentales. Nuestro programa de gobierno contiene medidas para detener el declive demográfico, fomentando la natalidad y frenando la despoblación de nuestro país.
Además de las numerosas propuestas legislativas a favor de la familia que hemos presentado en el Parlamento rumano, hemos llamado a menudo la atención sobre la crisis demográfica que atravesamos, el envejecimiento de la población y la enorme emigración de rumanos en busca de una vida mejor en el extranjero. Por un lado, proponemos soluciones fiscales, y no sólo, para estimular a las familias, y, por otro, medidas específicas para traer de vuelta a casa al mayor número posible de rumanos. Apoyamos un plan nacional de protección de la familia, que durará dos décadas, para garantizar la continuidad y el desarrollo demográfico, social y cultural de nuestra nación.
La lucha que ha mencionado con la izquierda extremista es muy dura. Todos vemos, en Occidente, cómo actúan los seguidores de esta venenosa y totalmente irracional ideología de género.
Ha mencionado la ideología de género. ¿Hasta qué punto es peligrosa y cómo podemos contrarrestarla?
Esta teoría es completamente errónea y está en flagrante contradicción con la naturaleza y la realidad. La «identidad de género» que describe, que sería diferente del sexo biológico, es una fantasía de cabo a rabo, una de las teorías más peligrosas que propone hoy la llamada izquierda progresista. Aunque se ha extendido cada vez más, estoy convencido de que se puede combatir y de que aún se puede acabar con ella. Por el bien de los niños y por la salud de nuestras familias y sociedades, debemos llamar a las cosas por su nombre, no dudar en presentar la realidad tal como es, decir la verdad y comportarnos como tales. Puede parecer trivial o algo que no tendrá ningún efecto, pero no es así en absoluto. Si tienes miedo de defender lo que es justo y correcto, perderás.
El gobierno peruano decretó recientemente que el «transexualismo» y el «trastorno de identidad de género» son «problemas de salud mental». ¿Qué opina de esta decisión?
Esta noticia me llamó mucho la atención cuando se publicó. Era una oportunidad más para reflexionar sobre el desorden moral y social en el que nos han metido los neomarxistas. Es una decisión honesta. ¿Y cómo podría ser de otro modo cuando estos bolcheviques rosas dan prioridad a los derechos de las personas «no binarias» o de los hombres que dicen ser mujeres y viceversa?
La cuestión mayor es que actúan de tal manera que los demás nos vemos obligados a aceptar la locura sin la menor objeción. Cualquiera que se «atreva» a afirmar un hecho meridianamente claro hoy es condenado al ostracismo o a la infamia. Como he dicho antes, toda esta locura está directamente relacionada con la ideología de género y la diabólica agenda de la extrema izquierda que pretende destruir familias, corromper a nuestros hijos y cortar todas las raíces.
Cambiemos de tema y hablemos de las elecciones al Parlamento Europeo. Para el desarrollo político de la Unión Europea, de la que Rumanía es miembro, estas elecciones del 6 al 9 de junio serán un momento muy importante. Usted es candidato por el partido AUR y probablemente será elegido al Parlamento Europeo.
Estas elecciones, que tendrán lugar dentro de dos semanas, son sin duda las más importantes de la historia del Parlamento Europeo. Hoy tenemos dos grandes bloques, dos fuerzas antagónicas en un pulso del que depende nuestro futuro. Los pilares del Partido AUR son la familia, la nación, la fe y la libertad. Por supuesto, apoyaremos a todos los demás partidos y organizaciones que compartan nuestros valores.
Si nos comprometemos con la izquierda globalista, esto nos llevará a la ruina. El cambio de los tratados de la UE que prácticamente abolirá la soberanía de los Estados miembros, el pacto migratorio que nos traerá millones de inmigrantes, el paquete de medidas Green Deal que empobrece y destruye nuestras granjas, la imposición de la cartera digital del aborto como «derecho humano fundamental», la supresión de la libertad de conciencia… estos son los gravísimos problemas a los que nos enfrentamos.
Son los conservadores quienes hoy construyen la resistencia al torrente neomarxista que parece traer el apocalipsis.
Por lo que dice, lo que ocurra en estas elecciones europeas será crucial para los pueblos de Europa. ¿Por qué estas elecciones son diferentes de las demás?
Es una muy buena pregunta. El resultado de estas elecciones influirá profundamente en el rumbo de la Unión Europea. Políticamente, hoy está más claro que nunca: por un lado, está la izquierda socialista y pseudoliberal, celosa defensora de reformas odiosas y demenciales, y por otro, los conservadores y patriotas, los partidarios de la normalidad, el bien y la verdad. Se trata de unas elecciones diferentes porque es mucho lo que está en juego. Estamos en una encrucijada. Si la mayoría vota que el camino debe continuar hacia la izquierda, nos dirigiremos con paso firme hacia el abismo. Si, por el contrario, el pueblo opta por la derecha nacional-conservadora, aún tenemos una oportunidad de salvarnos.
Lo que queremos los conservadores es vivir nuestras vidas de acuerdo con los valores que apreciamos y consideramos esenciales. Es decir, volver a la normalidad.
Una coalición de fuerzas conservadoras y soberanistas sería extremadamente importante para frenar el avance de la agenda globalista. Pero, ¿hasta qué punto es factible en el contexto actual?
Hoy tenemos dos grandes grupos, ECR e ID, así como otros partidos mayores y menores, aún no afiliados, pero con una visión similar. De hecho, las perspectivas no son favorables para una agrupación política única, que reúna a todos los partidos de derechas, soberanistas y conservadores, o al menos a la mayoría de ellos. Hay muchos desacuerdos y demasiadas sensibilidades, históricas, culturales y de otro tipo, que dificultan enormemente ese objetivo.
No obstante, seguiremos afirmando que sin la cooperación leal de las fuerzas conservadoras, la izquierda globalista completará su diabólico plan. Nosotros, el Partido AUR, siempre hemos defendido la unidad en la idea y en la acción y no cambiaremos nuestra posición. Creo que, después del 9 de junio, esta necesidad será mayor que nunca.
Usted ha mencionado repetidamente la palabra «normalidad». ¿Podemos volver a la normalidad que conocíamos?
Sí, todavía es posible. Aunque estemos «evolucionando», como dicen los neomarxistas, hacia una «nueva normalidad», pero que ciertamente no tiene nada que ver con la normalidad que conocemos, sino que es en realidad lo contrario de la normalidad. No es progreso sino regresión, no es evolución sino, de hecho, decadencia.
Pero a pesar de esta amarga realidad, todavía puede producirse una vuelta a la normalidad, a la verdadera normalidad. El primer paso -y quizá el más importante en esta dirección- es el éxito del mayor número posible de conservadores europeos el 9 de junio. Otro será el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca tras las elecciones estadounidenses de noviembre.
En realidad, depende de cada uno de nosotros comprender lo que está en juego en esta batalla sin precedentes y votar por el futuro de nuestros hijos y de nuestra civilización.