Un artículo publicado en enero en Politico dio cuenta de los múltiples errores que tenía la versión en español del sitio web de la campaña de reelección del presidente Biden. Tal desinterés, negligencia o falta de respeto podrían deberse a que el lenguaje con el que Biden piensa dirigirse a los latinos no es el español sino el lenguaje progresista, lenguaje que habla fluida y competentemente. Don’t call us, Mr. President, we’ll call you.
Marissa Martínez escribió en una columna de Politico que “el sitio web de la campaña de reelección del presidente Joe Biden se inauguró la semana pasada, con merchandising de Dark Brandon, un nuevo video de campaña y una versión en español de su página de lanzamiento. Hasta ahora, Biden es el único candidato presidencial que cuenta con una traducción de este tipo. Pero la página en sí tenía múltiples errores. La versión en español fue sometida a varias ediciones desde el martes -una tilde corregida aquí, un “Unidos” añadido-desaparecido-añadido-otra vez- antes de llegar a una versión final dos días más tarde”.
Según la autora, “las traducciones al español suelen poner en aprietos a las campañas, pero la reciente publicación de la página web de Biden ha puesto de relieve las dificultades que tienen incluso las campañas más experimentadas para conectar con un electorado bilingüe. Muchos señalan el hecho de que Biden anunciara que Julie Chávez Rodríguez, latina, sería su directora de campaña en 2024, como una señal de que se toma en serio su intención de llegar a estos votantes. Pero el error del sitio web es parte de una cuestión más amplia: principalmente, ¿cómo se ajustará su esfuerzo de reelección después de experimentar algunas dificultades para reclutar su 65 % de voto latino en 2020?”.
“El alcance bilingüe sigue siendo uno de los componentes más importantes de las campañas presidenciales, dijo Jess Morales Rocketto, jefa de Estrategias Moonshot en Equis Research y ex directora de organización digital de Hillary Clinton. Señaló la campaña de Bernie Sanders en 2020 como un ejemplo de uso intencional del español que impulsó al senador a un bastión en el compromiso latino”, continúa la columna.
“Lo que me dice es que, después de cuatro años, su operación hispana sigue siendo un desastre”, dijo Giancarlo Sopo, un estratega mediático republicano especializado en comunicaciones bilingües y divulgación hispana. Citó errores de traducción palabra por palabra que podrían resultar confusos para los hispanohablantes nativos como ejemplo de que la campaña “no se toma tan en serio la búsqueda del voto hispano… o de que está mal preparada para esa tarea””, escribe Martínez.
Puede leer la columna completa en inglés aquí.