Michael Shellenberger publicó en Twitter, entre otras cosas, una serie de correos electrónicos en los que trabajadores de esa red social hablan de las presiones que la “comunidad de inteligencia” ejercía sobre la compañía. Además, da cuenta de las constantes interacciones entre personal de Twitter y el FBI, hasta el punto de compartir autorizaciones de seguridad altamente clasificadas. LEER
Esta información, publicada por el Washington Examiner, también señala que este permanente intercambio entre “el FBI y la cúpula de Twitter” se dieron “en el periodo previo a las elecciones de 2020 y la censura de la plataforma a la historia del New York Post sobre la laptop de Hunter Biden”.
El artículo subraya que Twitter “contaba con varios exmiembros del FBI entre sus trabajadores y tenía canales abiertos para comunicarse con la agencia en las semanas previas a las elecciones de 2020”. “El FBI”, continúa la publicación, abrió una “sala de guerra virtual” con Twitter en septiembre de 2020 para gestionar la desinformación electoral. El canal era una comunicación unidireccional del FBI con Twitter e incluía a representantes del Departamento de Seguridad Nacional y de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional”.
El Washington Examiner da cuenta de que Yoel Roth, el jefe de seguridad y confianza de Twitter en ese entonces, había llegado “a la conclusión de que el reportaje del New York Post no infringía la política de la empresa sobre material pirateado, pero pareció cambiar de opinión después de que el ex asesor general del FBI Jim Baker, que trabajaba como asesor de Twitter, dijera que los documentos eran falsos o habían sido pirateados. Baker mantuvo múltiples reuniones y llamadas con funcionarios del FBI que le llevaron a concluir que el portátil no era real”.
El medio también señala que “todas estas decisiones se tomaron cuando Twitter se enfrentaba a una creciente presión por parte de la comunidad de inteligencia”.
Finalmente, el Washington Examiner cita uno de los correos electrónicos publicados por Shellenberger, en el que se lee: “Hemos visto un esfuerzo sostenido (aunque descoordinado) por parte [de la comunidad de inteligencia] para presionarnos a compartir más información y cambiar nuestras políticas de API”, dijo a Roth Carlos Monje, Director de Política y Filantropía de Twitter, en un correo electrónico del 2 de enero de 2020. “Están sondeando & presionando donde pueden (incluso susurrando al personal del Congreso)”.
“Roth dijo repetidamente a los funcionarios del FBI en 2020 que no se les permitiría el acceso a los datos internos de Twitter debido a las políticas de la empresa que prohíben el uso de sus datos para la recopilación de inteligencia”, concluye la publicación.
Puede leer el artículo en inglés aquí.