“Mi sueño es que mi último banquete sea la Eucaristía”, señaló Jessica Hanna, la madre católica de cuatro hijos, que falleció el sábado después de luchar contra el cáncer por muchísimo tiempo, dando un poderoso testimonio en sus redes sociales y evangelizando con su día a día.
Jessica ha sido un personaje muy querido en redes. Una vez compartió en su página que cuando a las personas con enfermedades terminales se les pregunta sobre la última comida de sus sueños, para ella, fue una elección clara: “mi última comida sería la Cena del Cordero – la Eucaristía”. Las publicaciones en su Instagram blessed_by_cancer, fueron realmente poderosas en su profundidad, tocando la vida de muchas personas.
Ella usó su experiencia de vida para explicar teológicamente la fe a cientos de personas. “Lloré mucho esta mañana; ella cambió a muchos para mejor. Su capacidad para enseñar la fe era inmejorable”, comentó una persona en las redes sociales cuando se anunció la noticia de su muerte. “Estoy desconsolada por su esposo, sus hijos y su familia. Jessica fue una santa viviente que inspiró a muchos de nosotros. Jessica, ¡disfruta de tu recompensa eterna! Santa Jessica, Ora Pro nobis”, se lee en otro comentario.
Sus amigos tampoco dejaron que pase desapercibido su testimonio tras su fallecimiento: “Mi hermosa amiga ha dado una gran pelea. Era una Santa viva y ha impactado tantas vidas. Ha llevado a muchos a una vida en oración. Descansa en paz, Jessica”.
Sin duda, el poder del testimonio de Jessica servirá para las futuras generaciones, para que tomen el dolor como una forma de santificarse y que no dejen jamás que la cultura de la muerte venza. Ella, a pesar de su diagnóstico, decidió tener a sus hijos, quienes gozan de buena salud y sabrán agradecer con creces el sacrificio de amor de su madre.