En la solemnidad de Pentecostés, es genuinamente emocionante que un país como Francia, tan capturado por el progresismo, el aborto y la invasión musulmana, esté levantando la voz para alabar a Cristo nuevamente. Y sí, es Misa Tradicional.
La tradicional peregrinación de Pentecostés organizada por Notre-Dame de Chrétienté, del fin de semana del 18 al 20 de mayo de 2024, ha registrado una demanda sin precedentes. Las inscripciones para este evento, que condujo a los peregrinos desde la iglesia de Saint-Sulpice en París hasta Notre-Dame de Chartres, se cerraron un mes antes de su inicio, superando el récord del año anterior con más de 16.000 participantes.
Catholic Arena reportó: “Escena increíble de decenas de miles de personas jóvenes asistiendo a Misa Tradicional en Latín al aire libre, como parte de la peregrinación de Chartres”.
Este año se han implementado dos salidas separadas desde París para manejar mejor el flujo de peregrinos, con la primera columna partiendo a las 7 a.m. antes de la misa de lanzamiento en Saint-Sulpice. Los peregrinos asistirán a otra misa más adelante en el camino, mientras que el segundo grupo comenzará su jornada inmediatamente después de la primera misa.
El aumento constante en el número de participantes en la última década refleja una «sed de trascendencia y de centrarse en lo esencial», según los organizadores. Este evento no solo desafía logísticamente, sino que también ofrece un espacio para la reflexión espiritual profunda, como lo describe el tema de este año: «Quiero ver a Dios». El padre Jean de Massia, capellán general de Notre-Dame de Chrétienté, subrayó la importancia de este encuentro: «El fin último es Dios… Solo el pensamiento de la vida eterna da sentido a nuestras luchas terrenales.»
El éxito de la Peregrinación a Chartres muestra, como señalaba Benedicto XVI, que hay fieles a quienes les ayuda espiritualmente acudir a Misa según el rito anterior a la reforma litúrgica. A pesar del daño que les ha causado la carta apostólica Traditiones custodes del Papa Francisco que rompe con la intención de su antecesor, muchos fieles continúan sacando nuevas gracias, y por lo que se ve, gracias contagiosas.
Como señalaba Benedicto XVI en la carta a los obispos que acompañaba a Summorum Pontificum:
Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial.
En ese sentido se ha manifestado el cardenal Raymond Burke en declaraciones a Fede e Cultura, afirmando que el número de fieles no para de crecer y añadiendo que si Traditiones Custores buscaba desalentar a los fieles a acudir a la Santa Misa según este rito, ha tenido exactamente el efecto contrario.
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Foto: anthony-choren/unsplash