La activista pro-vida Geline Wiliams falleció el 12 de enero a la edad de 100 años, informó esta semana el Comité Nacional por el Derecho a la Vida (NRLC).
“National Right to Life lamenta la pérdida de una querida líder pro vida”, dijo la presidenta Carol Tobias en un comunicado de prensa de NRLC. “No se puede exagerar el impacto que tuvo Geline en la fundación del movimiento pro vida y en el trabajo para proteger a las mujeres y a sus bebés no nacidos”.
Williams y su marido, Alex, fundaron la Sociedad de Virginia para la Vida Humana (Virginia Society for Human Life, VSHL) en 1967, que es la filial más antigua del NRLC, según el comunicado. El NRLC se fundó al año siguiente y es la organización pro vida nacional más antigua.
Williams también presidió la junta directiva del NRLC durante tres décadas, según el comunicado.
“National Right to Life estará eternamente en deuda con Geline”, dijo Tobias. “Su guía en los primeros años del movimiento pro vida y su liderazgo en la Junta Directiva de NRLC sentaron las bases del movimiento actual”.
El Christian Post informó que Williams era madre de cinco hijos y una católica devota que asistía a misa todos los días. Su marido murió en 1996.
Williams señaló que su fe la sostuvo durante varias tragedias, incluida la muerte de su hermano durante la Segunda Guerra Mundial y la muerte de su madre, quien murió poco después.
“Es una fuerza que no se puede definir de forma material”, afirmó. “Es simplemente tu fuerza, tu esperanza y tu amor”.
La activista también sirvió en su comunidad local como miembro del Concejo Municipal de Richmond, Virginia, de 1984 a 1994, y como alcaldesa de Richmond de 1988 a 1990.
En 1985, el Papa Juan Pablo II le otorgó a Williams la Medalla Benemerenti, el máximo honor posible para los laicos católicos. El Modern Catholic Dictionary describe la medalla como un “reconocimiento al servicio distinguido en asuntos militares o civiles”.