Parece que el entusiasmo con el que el gobierno acoge a los gigantes tecnológicos y farmacéuticos es directamente proporcional al entusiasmo con el que las entidades estatales pisotean la fe de los católicos. En esta ocasión, el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed decidió resolver el convenio de atención pastoral que tenía con unos sacerdotes y frailes franciscanos, ante quienes dirigió una orden de “cese y desista”. Esto, vaya coincidencia, ocurrió días antes de la Semana Santa.
The Washington Examiner informó que “el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed está recibiendo reacciones negativas tras rescindir su contrato de atención pastoral y dirigir una “orden de cese y desistimiento” a una comunidad de sacerdotes y frailes católicos franciscanos del Colegio del Santo Nombre el 31 de marzo, días antes de Semana Santa”.
“Los sacerdotes habían pasado las dos últimas décadas atendiendo al personal militar estadounidense, a los veteranos y a sus beneficiarios en el centro médico”, señala la nota.
“Es incomprensible que se prive a los enfermos y a los ancianos de una atención pastoral esencial que tenían tan fácilmente a su alcance”, declaró el Viernes Santo en un comunicado el arzobispo Timothy P. Broglio, responsable de la Arquidiócesis para los Servicios Militares, quien fue citado por el Examiner.
La publicación recuerda que “la Arquidiócesis para los Servicios Militares fue creada por el Papa San Juan Pablo II para ofrecer toda la gama de ministerios pastorales de la Iglesia Católica a los miembros de las fuerzas armadas estadounidenses”. Y agregó que “la arquidiócesis dijo que el centro médico optó por adjudicar el contrato para la atención pastoral católica a “una empresa secular de contratación de defensa que no puede cumplir con la declaración de trabajo en el contrato””.
“La negativa a proporcionar una atención pastoral adecuada mientras se adjudica un contrato para el ministerio católico a una empresa con fines de lucro que no tiene forma de proporcionar sacerdotes católicos al centro médico es una flagrante violación del Derecho al Libre Ejercicio de la Religión de los miembros del servicio y los veteranos”, dijo la arquidiócesis en un comunicado citado por la publicación.
Y añadía: “Especialmente, durante la Semana Santa, la falta de atención pastoral católica adecuada causa un daño incalculable e irreparable a los católicos hospitalizados y, por tanto, a una población cautiva cuyos derechos religiosos el gobierno tiene el deber constitucional de proveer y proteger”.
El Arzobispo para los Servicios Militares sostiene que, aunque la oficina del capellán de Walter Reed afirma proporcionar atención católica durante la Semana Santa, siguen “sin sacerdotes católicos presentes en el centro médico y se está negando a los miembros del servicio y a los veteranos el derecho constitucional a practicar su religión”.
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Foto: josh applegate / unsplash